Begonia

258 29 10
                                    

Desde la oficina pude ver que un chico monocromático entró a la Florería. Se veía como un fantasma sepia, su ropa combinaba diferentes tonos de marrones y lo único que rompía el esquema de color era su cabello blanco.
Lucía salió a atenderlo mientras los miraba del otro lado de la puerta de vidrio. Había algo en él que llamaba mi atención, quería verlo más de cerca pero no quería parecer rara y acercarme demasiado. No es como que se pueda ir por la vida y diciéndole a gente "Hey, me llamas la atención ¿te puedo ver más de cerca?" eso es demasiado directo y podría arruinar la futura oportunidad, si es que existía una, de conocerlo.
-Tierra a Emi ¿hay alguien ahí? - estaba tan concentrada que no me había dado cuenta de que mi amiga había vuelto y me estaba mirando de cerca.

-Eh si ¿qué decías? - me volteé a verla y me miró con el tipo de cara que hace alguien que tuvo una idea magistral o se dio cuenta de un secreto vergonzoso.

- ¿En qué pensabas, cabeza de pajarito?

- En nada, solo me puse a pensar en lo que tengo que hacer después.

- Que mentirosa por dios, yo sé en quien pensabas.

- No estaba pensando en nadie - Ay no, se dio cuenta y ahora me va a molestar con eso.

- ¿Como no? Sabes que no podés engañarme, te puedo leer la mente casi- apoyó sus manos en mis hombros- estabas viendo al chico que entró recién~

- Bueno si... Igual no hagas nada.

- No prometo nada - se sentó a mi lado y suspiré rogando que no haga nada. Lucía no tiene vergüenza y siempre hace lo que quiere, hasta cuando íbamos al jardín de niños era así. En ese sentido me complementa ya que tiendo a ser más cautelosa.
Un momento pasó y mi amiga dejó se celular de lado- Tengo cartas de Uno ¿querés jugar? - se levantó a buscar las cartas que estaban en un cajón del otro lado de la oficina.2

- ¿Si gano que pasa? - dije sonriendo porque siempre le gano cuando apostamos algo.

- Uhm... Ya sé, si ganas no le voy a decir nada al chico, pero si yo gano lo voy a traer para que te conozca.

- Sos más densa que el plomo- suspiré rodando los ojos- bueno acepto a total voy a ganar como siempre, hacemos dos de tres sin revancha.

- Me parece muy correcto- barajo las cartas y repartí. La primera mano la ganó ella, pero lo atribui a que no estaba prestando atención. La segunda mano la gané yo, ahora estamos empatadas, la próxima mano era la definitiva. Di las cartas y como si el universo estuviera en mi contra, ella recibió por lo menos dos +4 haciendo que pierda miserablemente con una cantidad ridícula de cartas.

- Te odio, te odio, te odio- le dije dejando las cartas sobre la mesa tapándome la cara con una mano.

- Se que me amas darling~ -guardó las cartas y se dirigió a la puerta- una apuesta es una apuesta, ponete linda- salió riendo a buscar al chico de hace rato.
Me tapé la cara con ambas manos y cerré los ojos- ¡¿Como fue que perdí?! ¡No voy a volver a apostar jamás!
Me quedé en mi lugar hasta que la puerta se volvió a abrir, incluso sin verla a la cara podía sentir esa sonrisa llena de entusiasmo y lo orgullosa por haber ganado.

- Tu chico te espera- me saqué las manos de la cara y la miré de reojo.

- Yo no me voy a mover de acá y no es mi chico, ni siquiera lo conozco.

- Eso va a cambiar si salís de acá- me agarró del brazo y jalo para que me levante de la silla.

- ¡No quiero ir! voy a pasar vergüenza- moví el brazo para que me suelte, pero su agarre era fuerte- No me podés obligar.

Four Seasons/ Mystic Messenger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora