Betónica

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La reunión con Rika se extendió por más de lo que había esperado ya que me proporcionó los documentos con toda la información que necesitaría para encargarme de la producción de la bebida al igual que una detallada explicación de su método de producción. Luego de recibir la información me presento al grupo que debería controlar y posteriormente me informo que mañana en la tarde iría a la casa de Yoosung para convencerlo de dejar la RFA y venir con nosotros. La forma de convencerlo era relativamente simple, le mostraría una foto de mi con Rika, esa sería la prueba de que ella está viva y que no lo estoy engañando al revelar los actos ilícitos de la organización.

Cuando la reunión llego a su fin ya eran alrededor de las ocho de la noche, a esta altura Gonzalo parecía ya haberse ido y Saeran no se encontraba por ningún lado. No importaba a quien le preguntase la respuesta siempre era 'no lo sé' o 'debe estar en su habitación'. Debía estar ocupado y no debería molestarlo, aunque lo encontrase y más teniendo en cuenta la mirada de enojo que me proporciono al verme tan cerca de mi amigo.

Dejé a un lado la búsqueda y volví a la habitación, estaba asimilando toda la información que me dieron y a decir verdad no había más que preocuparme, era un trabajo que jamás había hecho y debía dar buenos resultados. Rika había dicho que una vez que te acostumbras al ritmo de trabajo ya se hace naturalmente, pero lo que me preocupaba era mi primer día de trabajo real. Sumado a eso estaba la presión de convencer a Yoosung, era una misión extremadamente importante y como de costumbre no tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo ¿podría hacerlo bien o sería un total y completo desastre?

Para despejarme de mis molestas incertidumbres decidí tomar una ducha, el agua caliente siempre me limpia la mente y ayuda a relajar. Deje los documentos sobre la mesita de la habitación y busque el pijama más cómodo y calentito que tenía, era un pantalón marrón obscuro y un buso color crema con orejitas de conejo en la capucha. Me lo había regalado mi mama el año pasado para navidad y desde entonces lo uso cuando hace frio o simplemente cuando quiero tranquilizarme. Se siente como si un oso de peluche te estuviera abrazando o como si descansaras en una nube esponjosa.

A medida que el agua caía y se iba por el drenaje se llevaba mis preocupaciones. Con la mente más clara pude aprovechar a meditar un poco y pensar que me gustaría aprender o hacer en el futuro. Últimamente me había interesado la colorimetría para el cabello, aunque no estoy segura si es una especialización o parte de la carrera de peluquería. De cualquier manera, podría aprender por internet, ya veré que hacer una vez me haya acostumbrado al nuevo trabajo y llegado a nuestro objetivo.

Ya cambiada y con el cabello casi por completo seco comencé a ordenar algunas cosas alrededor en la habitación, pero eso no duro mucho ya que alguien toco la puerta y luego entro.

-hola Saeran... - aún se ve molesto por lo de antes, debería disculparme- perdón por lo de Gonza, sé que te molestó, no lo volveré a hacer.

-¿Prometes no volver a acercarte a nadie de esa forma?

-Lo prometo – Me abrazo escondiendo la cabeza en mi cuello suspirando - en verdad lo lamento Sae Ah! ¿Qué haces?! – Sus labios en besando la piel en mi cuello me tomaron muy por sorpresa y mi primera reacción fue alejarlo, lo cual no funciono.


-Deja de forcejear- se acercó más a mi neutralizando mis esfuerzos para separarme- solo quiero dejar un recordatorio de que solo eres mía.

-Pero... Hey! No me muerdas ahí, duele - el lugar donde mordió se sentía caliente, no tenía que hacerlo con tanta fuerza.

-shhh- cambio de lado e hizo lo mismo. Era muy incómodo y no lo estaba disfrutando, este no era el momento para este tipo de cosas.

-¡Soltame! - aunque trate de empujarlo no podía alejarlo – Saeran, en serio, no me gusta que se vean las marcas, es vergonzoso y me van a ver feo.

-No me interesa saber si te gusta o no, de alguna forma tengo que demostrar que no estas disponible- su forma de actuar es diferente a como es normalmente.

-... Me estas asustando, déjame ir.

-Si tenerme miedo significa que no lo volverás a hacer y solo serás para mí entonces no me importa que te asuste.

-Ray...

-¿Por qué usas ese nombre? He dicho que no lo utilices.

-Cuando te llamaba así eras más dulce- De repente me soltó y se alejó unos centímetros.

-Jamás vuelvas a mencionar ese nombre de débil, es estúpido- sin dejarme responder salió de la habitación cerrando con un golpe.

Four Seasons/ Mystic Messenger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora