Era una noche como cualquiera de las otras desde que había abandonado su trabajo. Derek se pondría uno de sus trajes nuevos y deambularía por la ciudad para ver qué lo mataría primero, el cáncer o un loco al azar. Una vez que estuviera agotado, o simplemente aburrido, tomaría un taxi y regresaría a casa.
Derek caminaba con zancadas rápidas, relajado con sus medicamentos, cuando lo vio. Chris Wainright. Sostenía una botella de licor, mal disimulada en una bolsa de papel, de la que bebería en largos tragos.
Chris conversaba y reía escandalosamente con una adolescente que mostraba demasiada piel. Ella sostenía un porro, dando largas caladas, hasta que intercambiaron y se subieron al auto.
Era un auto grande con pintura personalizada. No el mismo Camaro que Chris había usado para matar a Carl, era más grande y más costoso.
En ese momento, Derek quiso vomitar sangre. ¿Cómo podía haberse olvidado del pequeño bastardo? ¿Su cáncer había realmente jodido su cerebro tan mal para estar dispuesto a dejar pasar semejante cabo suelto?
Los neumáticos rechinaron y el auto avanzó súbitamente, casi atropellando a una mujer que estaba cruzando la calle. La escasamente vestida chica bajó el cristal de la ventanilla, gritando insultos a la mujer que estaba aún paralizada de miedo.
Derek casi podía oír a la pareja de idiotas riendo. Rechinando los dientes, llamó a un taxi y comenzó a planear su acto final.
Primero, comenzó a acosar a Chris en todas las redes sociales, aprendiendo todas sus rutinas y hábitos. Después, Derek comenzó a seguirlo, y plantó un rastreador GPS debajo del Camaro para conocer siempre su localización exacta.
Simplemente ojeando el historial de Chris, encontró al menos cincuenta violaciones del acuerdo de libertad condicional. Mientras lo seguía, Derek tomó muchas fotos de Chris abusando del alcohol y las drogas.
Sin embargo, Derek no tenía intenciones de presentar la evidencia a la policía. ¿Qué podría ganar con eso? Chris sólo conseguiría otra palmada en la muñeca y entonces comenzaría a ser más cuidadoso.
Derek no tenía el lujo del tiempo, ni la disposición de hacer lo que el llamado sistema de justicia se suponía que hiciera.
Menos de una semana después, revisando la pagina de Facebook de Chris, Derek se enteró de un reventón al que él iba a asistir. Derek revisó dos veces su equipo y saltó a su nuevo auto, un Chevrolet Impala 1967 negro. El mejor auto para cazar monstruos.
El reventón era "secreto", por lo tanto, tendría lugar en una deteriorada zona abandonada.
Derek siguió a Chris de cerca, y tan pronto estuvieron lejos de las cámaras de tráfico, adelantó al Camaro por un lado, forzando a Chris a frenar.
En cuanto Chris bajó del auto, Derek lo noqueó con un arma de electrochoques, y entonces procedió a revisar rápidamente si el Camaro tenía más pasajeros. Parecía ser su día de suerte, Chris conducía sólo. Derek lo registró y destruyó cualquier aparato electrónico que pudo encontrar, reloj inteligente, teléfono celular, incluso el control del auto.
Derek amarró sus manos y pies y lo amordazó. Entonces, destruyó su propio teléfono y el rastreador GPS, lanzando todo a un lado del camino. Después de mover a Chris a la cajuela del Impala, se dirigió a una fiesta solo para ellos dos.
Derek condujo a un almacén abandonado en la vieja área industrial. Ya se había encargado de deshacerse del candado y la cadena que mantenían las grandes puertas metálicas cerradas, reemplazándolas con las suyas propias.
Dentro del almacén había únicamente dos sillas, ambas atornilladas al suelo, una cubeta y varios galones de agua. Derek abrió la cajuela, descubriendo que Chris había recuperado la consciencia por lo que le dio algunas descargas más. Después, llevó a Chris a una silla y comenzó a amarrar apretadamente sus piernas y brazos a ella. Entonces, Derek le arrojó un cubo de agua forzándolo a recuperar la consciencia.
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Mago Supremo: Volúmenes 1-3
FantasiaDerek McCoy era un hombre que desde una corta edad tuvo que enfrentar muchas adversidades. Constantemente forzado a conformarse con sobrevivir en lugar de vivir, finalmente había encontrado su lugar en el mundo, hasta que todo le fue arrebatado una...