Capítulo 53. La Importancia del Estatus

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El profesor Vastor cumplió su palabra, los llevó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital y les pidió por turnos que diagnosticaran la naturaleza de la condición de los pacientes.

Vastor tomaría notas sobre sus respuestas, para confrontarlos con los gráficos. No se le permitía darles puntajes en su primer día, pero no dudó en reprender con dureza a aquellos que se perdieron algún detalle, humillándolos frente a la clase.

Debido a la naturaleza de la tarea, la clase se dividió en dos grupos, justo después de que cada uno de ellos hubiera examinado a su primer paciente. Las siguientes rondas permitieron a Vastor dividir aún más los grupos en función del grado de experiencia de los estudiantes.

En el primer grupo, pertenecían los que habían elegido la especialización de Maestro Sanador, atraídos por el prestigio que implicaba el título. Sin embargo, carecían de experiencia en la práctica de curanderos o de los recursos para tener un tutor adecuado para compensarlo.

Vastor pudo detectarlos de inmediato, ya que solo pudieron usar Vinire Rad Tu, el omnipresente hechizo de diagnóstico de grado uno.

En el segundo grupo, en cambio, estaban cara snob, cara afilada, joven señorita, Yurial y todos aquellos que tenían a su disposición un hechizo personal de diagnóstico o incluso más de uno.

Para su sorpresa, el hijo del Mago Arcano, Yurial, era igualado en talento y precisión por la chica de cara esnob, mientras que la joven señorita y el chico de cara afilada les sacaban ventaja incluso a ellos, destacándose como halcones entre cuervos.

Especialmente cara afilada había demostrado ser capaz de encontrar detalles menores, que incluso los Maestros Sanadores de la academia habían pasado por alto en su diagnóstico. No fue nada grande, pero también pudo sugerir formas de mejorar su pronóstico, acelerando el proceso de curación.

Vastor no había llegado a su edad y posición social al permitir que algo insignificante, como sus prejuicios o preferencias personales, se interpusieran en el camino de sus mejores intereses.

Plebeyos o no, esos dos huelen a éxito. Incluso esa mocosa de cara snob es malditamente buena, si es capaz de mantenerse firme contra un purasangre como Yurial. Siempre he estado orgulloso de mi habilidad para reconocer el verdadero talento.

No me importa si el centro de atención bajo el que estoy es el mío o el de otra persona. Mientras mantenga mi estatus y posición, todo vale. Tengo que agradarles antes que nadie.

Después de que se vuelvan famosos, no sería nadie. Ahora mismo, soy todo su mundo. Es hora de anotar algunos nombres y recordarlos correctamente.

—Yo diría que tenemos algunos ganadores. —Mientras hablaba con los cuatro mejores estudiantes, la voz de Vastor había perdido cualquier rastro de sarcasmo y falta de respeto. Hablaba con un tono suave y amable, como un abuelo hablando con sus amados nietos.

—¿Les importaría presentarse adecuadamente a la clase? Los motivaría a trabajar lo suficiente para competir con todos ustedes.

Si están lo suficientemente delirantes como para creer que tienen una pizca de esperanza, por supuesto. Él se burló interiormente.

En su mente, Vastor ya había separado la crema de la leche y la leche del orina. Simplemente estaba siendo educado.

—Mi nombre es Friya Solivar. —Como todos los demás, llevaba pantalones, no falda, así que mientras hacía la reverencia, en su lugar, levantó la bata.

>>Mi madre es la duquesa Solivar, espero que haya oído hablar de ella.

La ceja de Vastor se elevó, mientras se devanaba los sesos tratando de recordar.

Mago Supremo: Volúmenes 1-3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora