2 ESTE AMO ES MIO

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Desperté a las nueve de la mañana, recordando los momentos vividos la noche anterior en el club BDSM con Lord Jordan. Había sido algo muy excitante y divertido, una de las primeras experiencias BDSM que había tenido. Y había sido realmente maravillosa. Tanto que no podía dejar de pensar en Lord Jordan. Su simpatía, su modo de actuar, de tratarme, me habían cautivado. Me levanté y me di una ducha. Y al salir cogí el móvil, tenía un mensaje de Lord Jordan.

"Buenos días, Señorita Lilith, espero que haya dormido bien, yo no dejé de pensar en usted en toda la noche¨ Me pareció un mensaje muy tierno. Obviamente le contesté: "He dormido fantásticamente, pero yo tampoco dejo de pensar en usted Señor".

- ¡Mamá, Mamá! – mi hija me llamaba desde la cocina, probablemente para que le hiciera el desayuno o para preguntarme por algo que no encontraba.

Acababa de cumplir los 16 y todavía necesitaba que su madre le preparara el desayuno.

- Ya voy, hija – le respondí mientras me dirigía a la cocina.

Al entrar me la encontré metiendo la leche en el microondas.

- Buenos días, mami.

- Buenos días, cariño ¿qué querías?

- ¿Dónde están los cereales?

- Aquí – le señalé abriendo un armario.

- ¿Cómo te fue anoche, mami? – me preguntó.

En realidad, mi hija y yo teníamos una relación bastante cercana y de confianza. Aunque obviamente ella no sabía que frecuentaba aquel local de BDSM, ella solo sabia que salía los viernes y sábados por la noche e iba a un local para bailar y conocer a gente.

- Bastante bien, estuve bailando con un chico muy simpático y hemos quedado para hoy.

- ¡Qué bien!

- ¿Y a ti qué tal te fue? – le pregunté yo.

- Bien, Sandra y yo fuimos a ver una peli y no estuvo mal.

Y justo en ese momento sonó en mi móvil la señal de que había llegado un mensaje. Cogí el móvil y leí el mensaje que era de Lord Jordan, decía: "Tengo ganas de verte, no dejo de pensar en las cosas que quiero hacer contigo" Sonreí al leerlo e inmediatamente me preguntó mi hija:

- ¿Es del chico de anoche?

- Sí - le respondí feliz.

- ¿Qué edad tiene? - me preguntó.

- No lo sé, supongo que unos treinta, ¿por qué?

- Por nada, pero como has dicho que era un chico, pues eso, intuía que es más joven que tú.

- Si, lo es.

- Bueno, me alegro por ti, mami. Me gusta verte feliz.

- Gracias hija.

Más joven, sí, en realidad bastante más y atractivo. Seguro que tenía a un regimiento de jovencitas detrás de él, que bebían los vientos por él.

Apagué el móvil tras leer su mensaje, no podía creérmelo, había ligado con una mujer que probablemente tenía unos 20 años más que yo, pero me había atrapado, no sabía como ni porque, pero era como si me hubiera embrujado. Los momentos vividos con ella aquella noches habían sido mágicos, maravillosos. Había sentido que entre nosotros había una compenetración que nunca había sentido con ninguna otra. Y además ella no era como las demás, ella era diferente, ella era... no sé, la primera sumisa que había hecho que mi sexo se pusiera duro como una piedra, en tan solo un segundo, sólo con llamarme por mi nombre: Lord Jordan. Me sonó a música celestial.

PERDERME EN SUS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora