El lunes por la mañana me levanté totalmente relajada y feliz. El fin de semana había sido maravilloso, y conocer a Abel, sin duda, había sido lo mejor. Mi hija se marchó temprano al instituto y no me dijo nada de si me había oído la noche anterior. La verdad es que lo agradecí. Era mi hija y no tenía ganas de hablar de esas cosas con ella, me incomodaba.
Cuando cogí el móvil, justo antes de marcharme hacía el trabajo, vi que tenía un mensaje de Abel. Lo leí: "Buenos días, gracias por este fin de semana maravilloso. Nos vemos pronto. Besos". Le respondí diciéndole que para mí también había sido maravilloso y me fui a trabajar, si cabe más feliz aún. Al llegar al trabajo, Irene, mi mejor amiga nada más verme me dijo:
- Sospecho por tu cara de felicidad que has pasado un buen fin de semana.
- Sí, el mejor.
- Vaya, vaya, y ¿cómo es eso?
- Conocí a alguien.
- Cuenta, vamos, no me dejes así - me instó mi amiga curiosa.
- Pues fue en el local BDSM.
- ¿Ese al que vas cada fin de semana? - Ella nunca me juzga, y siempre me apoya, realmente es una muy buena amiga, la mejor.
- Sí, bueno, le conocí allí, se acercó a mí y me pidió para bailar y de ahí, pues hemos pasado casi todo el fin de semana juntos.
- Bien, me alegro por ti. Tienes que contármelo todo - me dijo Irene.
- Luego te lo cuento todo - le dije al ver entrar a mi jefe en la oficina. Era momento de ponerse a trabajar.
Una hora más tarde en el almuerzo, le conté a Irene más detalladamente como había sido mi fin de semana con Abel.
- Así ¿Qué es deportista?
- Pues si. Y joven, y guapo, y...
- ¿Qué quieres decir con joven? - me preguntó Irene.
- Pues eso precisamente, joven, más joven que tú y que yo, tiene 25 años.
- Y ¿que hicisteis el fin de semana?
- Pues, imagínate, lo hicimos tres veces.
- ¿Tres veces y en las tres culminasteis? - me preguntó sorprendida.
- Sí y las tres fueron maravillosas - le respondí yo.
- Guau, creo que estás muy pillada por ese chico.
- No sé, nos estamos conociendo. No sé que pasará, pero la verdad es que me gusta bastante y he disfrutado mucho este fin de semana con él - dije ilusionada.
- Pues me alegro mucho por ti. Te mereces darte una alegría - me dijo mi amiga.
- Sí, bueno deberíamos volver al trabajo - le dije mirando el reloj, se acababa la hora del almuerzo.
- Sí, vamos.
A media mañana recibí un nuevo mensaje de Abel diciéndome: "No puedo dejar de pensar en ti" Me pareció tan tierno. Aunque yo tampoco podía dejar de pensar en él. Pasé gran parte de la mañana recordando cada segundo de aquel maravilloso fin de semana, y reviviéndolo, tenía muchas ganas de volver a verlo, de volver a besar sus dulces labios y de que me hiciera vibrar otra vez.
Un día, había pasado un día sin verle, una noche, y me moría por volver a verle. Era la primera vez desde que había sido novia de mi marido que me pasaba aquello con otro hombre. Por la noche antes de irme a dormir, habíamos estado hablando por teléfono durante casi una hora, me contó lo que había hecho durante el día, lo que tenía ganas de hacerme. Parecíamos dos adolescentes.
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PERDERME EN SUS OJOS
RomanceGisela conoce a un joven Amo, en un club BDSM. Y a pesar de la diferencia de edad entre ellos deciden iniciar una relación Amo - sumisa, y de pareja, pero no lo tendrán fácil. ¿Vencerán las dificultades que se les presentan?