Le respondí a su mensaje, diciéndole que quedábamos en el polideportivo a las ocho, cuando generalmente terminaba mi entrenamiento. Me dijo que vale. De nuevo, casi no pude concentrarme en el entrenamiento, y el resto del equipo lo notaba.
- ¿Qué te pasa, tío? - me preguntó Jesús - Es como si estuvieras en otro lugar. Concéntrate.
- Sí, lo siento, no puedo dejar de pensar en ella.
- Pues deja de pensar en ella o acabarás en el banquillo y no nos conviene, ¿vale?
- Vale.
Al terminar el entrenamiento me quedé en las pista lanzando algunas canastas con Jesús, así esperaba que ella llegara. Miré el reloj, eran casi las ocho. La vi asomar por la puerta, estaba guapísima, llevaba un vestido escotado que dejaba entrever el nacimiento de sus pechos. Estaba sexy y nada más verla, mi sexo se puso en pie de guerra. Creo que Jesús se dió cuenta en seguida, me disculpé con él y me dirigí hacía donde estaba ella.
- Hola - la saludé tocando suavemente su brazo.
- Hola - me respondió ella.
- Tengo que ducharme y luego podemos irnos donde tu quieras - le dije.
- Bien, te espero en el bar.
- Vale.
Me metí en el vestuario mientras ella me esperaba.
- Es guapa - me dijo Jesús que estaba a punto de meterse en la ducha.
- Sí, otro día te la presentó ¿vale? Ahora dúchate y ve rápido.
- ¿Por qué? - me preguntó - ¿Has pensado en algo?
- Tú hazlo, venga - le insistí, sin darle más detalle.
Claro que tenía algo pensado, nada más verla con aquel vestido tan sexy, mi instinto animal y de Amo se despertó y empecé a maquinar nuestro encuentro. Calculé el tiempo que podía tardar en llegar desde el bar hasta el vestuario. Y me escondí tras la puerta, cuando ví que asomaba por la puerta, la cogí del brazo y tiré de ella hacía adentro, cerrando la puerta tras de mí.
Le puse las manos en la espalda y le susurré al oído:
- ¿Qué hace aquí Srta. Lilith? ¿Ha venido a buscar su ración de sexo Srta. Lilith?
- Sí, Señor - me respondió, sin vergüenza, aunque se la notaba nerviosa.
Empezó a jadear, sin duda empezaba a estar excitada imaginando lo que se avecinaba.
- Espero que no lleve braguitas, Srta. Lilith
- No, Señor.
Le subí la falda,aventurando mi mano por debajo para comprobarlo. Y efectivamente, pude tocar su culo desnudo y moviendo sus dedos hasta su sexo, sentí su humedad. Pegué mi cuerpo al suyo y un gemido de sorpresa salió de su boca, creo que justo en ese momento se dió cuenta de que estaba completamente desnudo. Mordí su hombro, tenía tantas ganas de hacerla mía. Acaricié su sexo, metí un dedo y toda ella se estremeció. Le susurré al oído:
- ¿Quieres que te folle, zorrita?
Un gemido de aprobación salió de su boca y a continuación respondió:
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PERDERME EN SUS OJOS
RomanceGisela conoce a un joven Amo, en un club BDSM. Y a pesar de la diferencia de edad entre ellos deciden iniciar una relación Amo - sumisa, y de pareja, pero no lo tendrán fácil. ¿Vencerán las dificultades que se les presentan?