9 CAMINO HACIA UN FINAL

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Tras la cena, Abel me propuso pasar la noche juntos. Había un pequeño hotel cerca del restaurante que según Abel estaba muy bien. Nos dirigimos hacía allí y por el camino, nos encontramos a una chica que saludó a Abel:

- Hola, ¿cuanto tiempo sin vernos? - le dijo, era una chica joven ,de su edad más o menos y muy mona, morenita, delgada, alta. En aquel momento y comparándome con ella, me sentí como cenicienta, yo no valía nada a su lado.

Abel la saludó, dándole un beso en cada mejilla, y estuvieron hablando durante un rato. Finalmente se despidieron.

- ¿Quién era? - le pregunté, una vez la chica se alejó de nosotros.

- Una ex-compañera de clase.

- Es guapa - le indiqué.

- Sí, no está mal. Pero tú lo eres más - me dijo.

Llegamos al hotel y pedimos una habitación para aquella noche. Subimos a la habitación y nada más entrar Abel me ordenó:

- Desnúdese, Srta. Lilith.

Así empezaba otra noche excitante y erótica. Obviamente obedecí. Y cuando estuve totalmente desnuda, sentí sus ojos sobre mí. Me gustaba sentirme deseada por él. Se acercó a mí, poniéndose detrás de mí, besó mi hombro suavemente y me estremecí.

- ¿Sabes que eres muy hermosa y que me encanta tu cuerpo? - me dijo, como si hubiera notado que eso era lo que necesitaba en ese momento, que me halagara, que me hiciera sentir deseada. Descendió con su dedo por mi columna vertebral hasta llegar a mi culo, y apretó con sus manos mis nalgas.

- Abre las piernas - me susurró al oído - y pon las manos en la espalda.

Sentí que ataba mis manos con algo, y al oír el crac que hacía supuse que eran unas esposas. Empezaba a sentirme excitada, nerviosa y expectante. Acarició mi sexo, vi que buscaba algo en su bolsa de deporte que había dejado en una esquina y luego se acercó a mí de nuevo. Había cogido un vibrador. Me extrañó que lo llevara en la bolsa y le dije:

- ¿Siempre llevas eso encima?

- Señorita Lilith, por supuesto que no, ¿usted quien se cree que soy?. Pero desde que me he levantado, ya tenía planeado que hoy lo usaría con usted - me explicó, acercándolo a mí, y poniéndolo entre mis piernas.

Empezó a moverlo por mi sexo, haciéndome sentir la vibración en mi sexo, lo situó en mi vagina, y muy despacio lo introdujo, al sentir la vibración abriéndose camino dentro de mí, empece a sentirme cada vez más excitada, a estremecerme de placer.

Fue una noche muy excitante aquella.

Me excitó ver que se estremecía y temblaba mientras el vibrador se movía dentro de ella. Gimió, fue un gemido largo, de placer que sonó como música en mis oídos. Todo eso, hizo que mi sexo se pusiera en pie de guerra en menos de un minuto. Acerqué todo mi cuerpo al suyo y rocé mi sexo erecto por su culo, sin dejar de mover el vibrador dentro y fuera, dentro y fuera de ella. La cogí por la cintura y la llevé hasta la cama, donde me senté con ella sobre mis piernas. Seguí moviendo en vibrador dentro y fuera y ella seguía gimiendo, cada vez más intensamente. Mordí su cuello, lo que hizo que todo su cuerpo se estremeciera y se corriera en un maravilloso orgasmo. Saqué el vibrador y metí mi polla, ella suspiró, gimió diciendo:

- ¡Oh, Abeeeelll!

Era la primera vez que pronunciaba mi nombre mientras follábamos, lo que me puso aún más burro. La sujeté por las caderas y empecé a moverla arriba y abajo, mientras empujaba mi polla dentro de ella, con fuerza. Entonces, volvió a correrse de nuevo, y al sentir su vagina, convulsionándose alrededor de mi polla, me corrí también. Fue un momento maravilloso que de nuevo me demostró que nos compenetrábamos y nos entendíamos a la perfección. Que íbamos al mismo compás.

PERDERME EN SUS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora