Criaturas Sobrenaturales

Cinta 18

Invocaciones demoníacas

Si nos decían que no jugáramos
con la güija de niños era por algo

Me encontraba removiendo mi café latte ligeramente inquieta mirando la ventana, Riley contrariamente estaba mirando las burbujitas de su Fanta de naranja, Connor no paraba de mover los dedos en la mesa y Gwen bebiendo de un batido de chocolate. Nos había reunido hoy sábado Matthew a todos en Grant's Son por un asunto urgente.

-Ya era hora de que vinieras, la tensión nos estaba destrozando a todos -dije al verlo.

-Lo siento, pero tenía que hablar con un informante mío -se sentó con nosotros.

-¿Qué ha pasado?

-Han matado a alguien -soltó simplemente.

-¿Y?

-Se rumorea que fue el que le vendió las bestias a Killian. Quería "hablar" con él pero se me adelantaron -contó logrando captar la atención de todos.

-¿Sabría trapos sucios de él?

-Quizás y por eso se lo cargasen, tengo entendido que estará ausente de por aquí un tiempo porque su padre ha empeorado y quiere ver si puede ocupar su sitio en el Thing. Lo tiene complicado, la mayoría del consejo prefiere que su hermano bastardo el Lobo Feroz ocupe su lugar.

Preguntaría: "¿En serio existe el Lobo Feroz?", pero ya me hacía una idea de que todo lo que contaban en los cuentos no se asemeja a la realidad. Tendría que leerme esas historietas que había en el bestiario para saber más de la verdad.

-¿Por qué nos cuentas esto?

-Tengo una idea para poder comunicarnos con él y contarnos sobre Killian...

-No digas lo que creo que estás pensando, Matthew -Gwen quería evitar a toda costa lo que él tenía planeado.

-Invocamos a un espíritu y punto. ¿Qué hay de malo?

Podría enumerar una serie de objeciones al plan con solo haber visto películas o series acerca de fantasmas y criaturas sobrenaturales. Que si el espíritu es malo o vengativo, que si tiene asuntos pendientes en el mundo terrenal y nos quiere joder, que si es en realidad un demonio, que si posee a alguien, que si las güijas son mala idea..., y un largo etcétera.

-"¿Qué hay de malo?" Perturbar las almas de los difuntos es malo de por sí -protestó.

-Venga ya, Richards. Ni que fueras cobarde.

-No es que no me atreva a hacerlo. Los espíritus son más poderoso y peligrosos de lo que aparentan, podrían destrozar una casa, incendiarla o podrían poseer un cuerpo. Y yo tan solo soy una aprendiz de segundo grado, ni siqueria tendría hacerlo hasta el siguiente grado o cuando me graduade y especializase -explicó las razones (más que entendibles) por las que no quería hacer la invocación.

-¿Nunca te has saltado las reglas, Richards?

-Por la seguridad de mí y todos no, Matthew. La magia es como el fuego, si la manipulas correctamente puedes usarlo de mil maneras, sino te quemas a ti mismo y a los de tu alrededor. Tú mismo con lo viejo que eres habrás visto los efectos.

-Lo sé demasido bien. ¿Pero podrías hacerlo?

-Sí, tan solo tendría que usar el grimorio de mi tía -reconoció a regañadientes-, y si lo hago nadie debe enterarse ni siquiera ella. Me mataría, o peor me pondría una grillete de damerial por un tiempo y se san se acabó el tener magia.

-¿Esta noche entonces?

-No podemos nosotros ir esta noche -dio una respuesta negativa Riley bebiendo Fanta.