Criaturas Sobrenaturales

Cinta 8

Pesadilla en Salem Street

Se ha convertido en un clásico esto
de que te ataquen en Halloween

Ah Halloween, una de mis fiestas preferidas del año. La única noche en la que es "legal" disfrazarte de cualquier cosa, y como no hacer bromas con huevos y papel higiénico a la casa del gruñón de al lado. Esta noche las chicas tenían pensado en hacer una broma de represalia por la anterior trastada de los chicos que consistió en teñir todo el uniforme del equipo de rosa justo antes de nuestro primer partido. Un grave error que ellas iban a aprovechar al máximo.

Estábamos reunidas todas en la cafetería, repasando los detalles el plan de represalia.

—Repasemos todo para que no haya cabos sueltos.

—Necesitaremos cabezas de peces rancios, comida del instituto en mal estado, una manta bastante grande e impermeable, cuerda capaz de sujetar una carga pesada, colorante que brille en la oscuridad, y alguien con un móvil con cámara de alta definición para captar el momento.

—Cada una ya tiene ya encargado lo que tienen que traer.

—Lo siguiente es mezclar con mucho cuidado. Hay que poner las cantidades justas para evitar una intoxicación severa debido al olor para todos.

—El contenido de la sustancia habrá que mezclarlo con el sumo cuidado de que no nos intoxiquemos pero que tampoco huela que se diga "bien".

—Después tendremos que ir colocando con cuidado la trampa de que no se note.

—Tras eso cuando los chicos se junten para la foto reglamentaria apagaremos las luces y les tiraremos la sustancia que brillará en la oscura. Lo inmortalizaremos en Instagram y san se acabo.

—¿Alguna pregunta?

En el grupo se quedó en silencio al no haber preguntas.

—Pues como no hay se da por finalizado el repaso del plan. Recuerden su parte, chicas.

Nada más terminar las clases y salir del instituto me dirigí a casa.

—¿Hola? —saludé preguntándome si había alguien dentro.

—-Hola hija. ¿Qué tal todo hoy? —se escuchó a mamá en la cocina.

Desde aquella charla que habíamos tenido hacía un par de semanas atrás las cosas entre ellos y yo se habían suavizado bastante.

—Bien, la verdad —me senté en un taburete.

—¿Lista para la sesión de trampas de esta tarde? —dijo animada.

«Mierda, hoy había clase de trampas», me acordé ahora.

—Esto... ¿Podemos cancelarla hoy?

—Te ha surgido algo, ¿no es así? —intuía mi madre.

—Sí.

—Dime por lo menos no vas a hacer ninguna inocentada, o al menos no en el instituto —se echó azucar en su taza de café.

-—Yo no voy a hacer la broma y no es en el instituto. Es porque las jugadoras de Lacrosse y de fútbol están en una guerra de bromas, de ahí de que acabase mi uniforme teñido de rosita chillón la última vez —le aclaré pero me seguía mirando de reojo—. Solo la voy a ver, nada más. ¿Vale? No voy a volver a hacerlo de nuevo, me he retirado de las bromas.