💍V E I N T I S É I S💍

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•Capítulo 26•

[Parte 1/2 ]

[23 de Noviembre...]

M Í A

¡Hoy es el día!

¡Hoy es el cumpleaños de Christopher!

Estoy muy emocionada, demaciado de hecho. Tanto que me eh levantado a las 5 de la mañana, solo para hacerle su pastel, hoy es el día, luego de cantarle el cumpleaños a Chris, se lo diría, le diría todo a mi padre, a Yenny, a los Joerick, incluso a Aye y Mar.

Esa iba a ser una de mis sorpresas para Chris.

Hoy, no tenía clases, casualmente me e enfermado, lo sé, mentir esta mal, pero quiero que la fiesta de Chris sea perfecta. Son las 7: 15 a.m. y Chris recién se ah levantado, al hacerlo va directo a mi cuarto. Sucede que con Yenny planeamos muy bien mi pequeña mentirilla.

—¡Buen día mi pequeña! -dice Chris entrando a mi cuarto- ¿pequeña? -me busca y yo salgo de mi baño y este me observa con una sonrisa-. ¿Te sientes bien?

—Me duele mucho la cabeza.. -hago un puchero.

—¿Estas bien? -me examina el rostro y las mejillas-.

—Tengo mucho sueño.

—Tienes fiebre, hoy te quedas en casa. -dice y me lleva a la cama, una vez en esta, me arropa con las sábanas-. Hoy no iré al trabajo. Me quedaré contigo. -en ese instante entra Yenny.

—Cariño, ya está el desayuno listo. ¿Por qué aún están aquí? Ya es tarde, llegarán tarde ambos.

—Mamá, Mía no se siente bien, hoy no iré a trabajar.

—No Chris.. -hablo-. Ve, Yenny me podrá cuidar muy bien ¿No Yenny?

—Claro que si. Tú ve tranquilo mi amor, yo la cuido, y cualquier cosa te marco al celular.

—No sé mamá... -duda Chris- ¿y si no puedes? ¿Y si es mucho?

—¡Cariño! -lo regaña Yenny- Pude con Jonathan, contigo, y con mi pequeña Milena, mira si no voy a poder con Mía. Por favor.

—No se... -parece no querer cambiar de opinión.

—Yenny -ella me mira- ¿nos dejarías solos? Quiero hablar un rato con Chris.. y ver si lo puedo hacer entrar  en razón...

—Vale pequeña, yo voy a prepararte un té para que te mejores. -y sin más se va.

—Tú ve tranquilo -acaricio su cabello- yo estoy bien, y estoy segura de que Yenny sabe que hacer.

—Pero tienes fiebre, no voy a dejarte sola. -se niega nuevamente.

—Chris... -le hago ojitos.

—¡Oh no! Eso no, tú sabes que no puedo resistirme a tus ojitos. -el me regaña y yo lo termino convenciendo-. Vale... pero cualquier cosa me llamas. Voy a estar pendiente de ti

—Pues claro que te voy a llamar. -hablo- además tenemos nuestra llamada matutina a las 13:00 ehh -el me mira y sonríe- anda, vas a llegar tarde.

—Dios... solo me voy por que mi madre te cuida. Si no no sería capaz de dejarte.

—Lo sé Chris, lo sé. -el se pone de pies y se dirige a la puerta-. Chris... -lo llamo.

—¿Si pequeña?

—¿Y mi besito de despedida? -lo miro desde la cama.

El sonríe y vuelve. Me da un pequeño beso en los labios y uno en la frente.

—Se me hará una eternidad, pero estaré aquí para la cena.

—Aquí te espero. -el me mira y sonríe.

—Okey. Me voy antes de arrepentirme y quedarme. Nos vemos en horas pequeña.

—Bye Chris..

—Bye amor..

[...]

C H R I S T O P H E R

Enferma. Mi pequeña estaba enferma. Definitivamente no me sentía bien dejándola sola, sí. Lo sé, está con mi madre y bajo sus cuidados, pero... ¡por favor! No pueden pedirme una razón lógica por la cual no quiera dejarla sola, simplemente quería estar con ella y cuidarla yo. Solamente yo. Y ahora debía de estar en el trabajo.

8:15 y mi horario laboral comienza.

—Christopher ¿por qué esa cara? -habla mi jefe el señor Miguel.

—Mi novia se enfermó -le comento.

—¿Y por qué no me lo dijiste? Podías haberte quedado en casa con ella, yo no tendría problema alguno.

—Yo sé que entendería -hablo-, sólo... sólo que ella se quedó al cuidado de mi madre, y ambas terminaron por convencerme.

—Ya veo... -sonríe el señor Miguel- que novia y suegra estén de acuerdo es algo que no pasa a menudo, debe ser genial que ambas concuerden.. ya sabes, por lo general se odian a muerte.

—No sé que pasaría si mi madre supiera de lo nuestro... -suelto sin pensar.

—Hay caramba -ríe mi jefe- osea que tú madre no sabe que tú y tu novia son novios ¿verdad? -asiento-. Aunque tú no lo creas, las madres saben todo. Y no me preguntes el ¿Por qué?, porqué ni yo lo sé, lo que si sé es que ellas lo presienten y saben cuando uno está enamorado. Y créeme jovencito, esa muchachita te tiene enamorado hasta el cuello.

De inmediato lo miro.

—¿Tú crees que lo sospeché? -pregunté alarmado.

—Es lo más probable. -asiente.

—Va a matarme. -lo miro- definitivamente va a matarme. Casi me mato cuando lo imaginó, y ahora...

—No lo creo. -habla Miguel- si sospechara, y no le gustara la idea, seguramente ya te lo habría reclamado.

—Ahora no sé si quiero ir a casa. -digo y el ríe.

—Anda háblame de ella. -pide mi jefe.

—Ella... -sonrió-. Ella es especial, tiene unos ojos verdes totalmente hermosos, y su... su sonrisa, es la mejor, y ni hablar de ese sedoso cabello color miel, es el más suave que he tocado jamás, sus risas, sus risas son las mejores, y habla, habla mucho, pero también ama las películas, ella y yo siempre, nos tomamos un día a la semana para ver nuestro maratón, nuestro infaltable maratón. Y... -mi jefe me mira asombrado-. ¿Pasa algo señor?

—Definitivamente estas hasta el cuello loco por ella, hasta el cuello. -asiente- y cuando lo digo Christopher es por que lo sé, no tengo estos 55 años de deporte. Y te voy a dar un consejo.

—Siento algo que jamás en mis 21 años eh sentido por otra persona. Y esta bien Miguel, acepto tu consejo.

—No la dejes ir. Disfruta, hazte feliz, hasla feliz, y disfruten lo que la vida puede darles, no se priven de nada, y cualquier cosa que tú necesites, me lo dices y yo aquí estaré. ¿Esta bien?

—Gracias Miguel. Enserio, muchas gracias.

[...]

𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐀𝐥𝐚 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐳𝐚 𝐈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora