Temblaba por pensar en volver, pero sabía que no había opción, jamás se le había permitido la torpesa, y ahora más que nunca era una obligación mostrarse tranquilo, ahora era la cabeza de la familia real, el rostro que todos conocían, no a Min Yoong...
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Cuando recobró el conocimiento Jackson y su cómplice habían escapado, teniendo en cuenta la herida que tenía en el brazo y el martilleo atronador que sentía en la cabeza, probablemente sería un problema para él, y no se equivocó al ver cómo los ojos de su madre se clavaban en él como agujas afiladas que iban a parar directamente a su corazón.
—Estas aquí por una sola razón, cumple lo que se te es ordenado y volverás nuevamente a la tumba— soltaba la mujer sin una pizca de piedad, sin importar que los ojos de su hijo estuvieran acuosos por el dolor de aquellas venenosas palabras.
—¿Por qué me hablas así? Deberías estar feliz de verme, también soy tu hijo ¿Hice algo tan malo como para no merecer tu cariño?— su voz temblaba y por más que intentó retenerlas las lágrimas comenzaban a deslizarse atravéz de sus pálidas mejillas. —Ahora soy Agust, madre ¿Puedes al menos fingir que me das el cariño que le das a él incluso después de muerto?—
Lee Chae-Rin, la reina. Su belleza era un poema, su cabello rubio y lacio caía sobre su espalda; sus ojos eran azules como el cielo reflejado en los puros y cristalinos rios, Pero no había nada de pureza en ellos sus ojos eran fríos. Por ellos asomaban señales de maldad. Era tenaz al momento de obtener lo que deseaba para ella todo valía sin medir consecuencias ese rasgo inherente a su personalidad había sido evidente desde el problema que desató el accidente de su hijo, Min Yoongi.
La Nana Hani habia criado a los gemelos por igual, con el mismo amor y la misma dedicación. Pero él menor de ellos no había sido permeable de las reglas que tanto le habían enseñado.
Min Yoongi, llamado así por su adorado abuelo, "Crece bien y vive una vida buena" eso significaba su hermoso nombre; será un niño muy sensible, pero ocultaba ese rasgo por mandato paterno, no debía llorar "Eres un príncipe y los príncipes no tienen permitido verse débil", le decía su padre "Se ágil en la espada como Agust, se fuerte y poderoso como tu hermano" creció sabiendo que sería la sombra de su hermano, sabiendo que su padre ya tenía destinado su futuro y le tenía tanto miedo a él, como a ese macabro porvenir que habían diseñado para su vida.
Pero todo se vino a bajo justamente la noche del accidente, la noche donde murió como Min Yoongi para empezar a vivir como el huérfano Suga
Ahora ya no importaba, ni siquiera sabía porque había aceptado aquel pedido, él estaba muerto ¿Entonces porque lo buscaban? Las preguntas merodeaban en la cabeza del rey quien cargado de cólera comenzó a limpiar su rostro manchando las sábanas negras de aquel maquillaje que preparaba Jimin solamente para él.
—¿Que crees que haces?— Chae-Rin se acercó para tomarlo de los brazos impidiendo que quitara por completo aquel arte de su rostro —Nadie puede verte, Detente— gruñía intentando detener a su hijo —Basta no enseñes esa desgracia dentro del palacio— gritó causando que el corazón de Min comenzara a latir de dolor.
—Esto es lo que soy— dijo abriendo en demasía sus enrojecidos ojos —Fué un accidente, un error que me ha costado todo— se soltó del agarre para tomar las muñecas de la mujer ejerciendo presión en ellas —No quería ser débil, quería ver cómo papá y Agust peleaban, pero mira que costoso me salió la idea de ser alguien que nunca quise ser— la soltó limpiándose las lágrimas para luego reír a carcajadas mostrando su evidente sarcasmo.
