—Madre— el principe habló llamando la atención de su progenitora —Me gustaría pedirte algo — dijo mientras tomaba asiento cerca a su madre.
—Lo que quieras, hijo— la monarca no sabía lo que pediría su hijo, así que mantuvo su rostro inexpresivo.
—Mi sirviente murió hace unas semanas. Era ya muy anciano, por favor no me des más gente vieja ¿Sabes cuan difícil es que me sirvan a mi ritmo?—
el principe se levantó para acercarse lentamente hasta donde se encontraba jimin sin saber cómo reaccionar ante la belleza del Príncipe
—Oh no, ni lo pienses, aún eres demasiado joven para entenderlo, pero la perdida de la belleza es la mayor maldición a la que estamos condenados los seres humanos.—
— Es verdad, madre siempre dijiste que un día al mundo lo salvará la belleza ¡Sirviente! — gritó dirigiéndose a Jimin quien seguía inmóvil ante tal escena —¿Escuchaste eso? La reina afirma que el mundo lo salvará la belleza ¿Cómo podría ser eso posible?
Es digno de notarse que el joven sirviente de dieciocho años no contesta, está muriendo de miedo y no haya sentido en las palabras de los superiores.
—Eres una madre increíble, pero tú vanidad un día acabará con el reino madre— Agust salió dejando tras de si la puerta abierta sin siquiera despedirse de jimin que no entendía lo que estaba sucediendo
Jimin lo sabía, la mujer era muy vanidosa, estaba acostumbrada a tener todo lo que quería, era arriesgada e incluso un poco mala , imposible de controlar. Llegó al reino como un gran prodigio en belleza, siendo su responsabilidad la belleza de la mujer más hermosa del reino.
Así fue como jimin conoció al príncipe, y digamos que no fué muy afortunado el primer encuentro, pero sin duda el principe heredó la belleza de la que tanto enorgullecía a su madre.
Viajaba solo en su caballo por la orilla de un solitario río, cuando vió a un costado un bulto de aspecto extraño. Instintivamente aminoró la marcha y con asombro, descubrió que un mechón de cabellos grises asomaban por debajo de una manta azul que parecía envolver a una persona. Detuvo al equino y al bajar de este quedó totalmente asombrado. Allí a centenares de kilómetros del pueblo más cercano, en medio dónde no podía verse ni una sola casa, el jovencito dormía cubriendo su rostro con sus brazos
Lo había tomado equivocadamente por una manta, pero en realidad era una larga capa azul con finos detalles plateados. La bufanda plateada se confundía a veces con sus cabellos, lo que daba un aire melancólico.
Se quedó allí de pié un rato, pero comprendió de inmediato que no podía dejarlo seguir indefenso en aquella soledad, tuvo que vencer una cierta resistencia para acercarse a aquél desconocido. Pero su rostro se mostró sorprendido en cuanto con dificultad lo tomó entre sus brazos para depositarlo en el caballo.
El hecho de que no hubiera despertado lo asustó tanto, que por un momento temió que pudiera estar muerto. Pero un pulso débil aunque constante le reveló que no era así.
—Tengo hambre— dijo de pronto el muchacho y su voz le provocó un sobresalto, a pesar de que lo había dicho en voz muy baja, el sonido de su voz poseía la transparencia del agua dónde se encontraba anteriormente.
En viajes largos como aquel, siempre llevaba bebidas y algo de comida que conseguia de camino. Detuvieron el galopar y bajaron acomodándose en el pasto, le dió una manzana la cuál comió sin decir ninguna palabra. Mientras él grisáceo comía su cabeza se llenaba de preguntas ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Que estabas haciendo ahí tendido cerca al río? Etcétera, etcétera. Por su naturaleza ansiosa rebosante de curiosidad y de deseos de ayudar todavía le asombra haber Sido capaz de permanecer en silencio aquella diez interminables minutos, mientras esperaba que el joven recobrara las fuerzas. Él por su parte devoró aquella fruta como si fuese la más deliciosa del mundo.
—Gracias— dijo al terminar, antes de volver apoyarse en el pecho de su salvador, como si aquellas palabras bastarán para disipar todas las incógnitas.
—Me alegra que estés bien— se separó un poco para verlo — Estoy feliz de verte — acarició sus mejillas con lágrimas en los ojos
—¡Jungkook!— dijo finalmente viendo el rostro de la persona que amablemente cuidaba de él. No pasó un segundo antes de que sus lágrimas cayeran como ríos desbordados. — ellos me llevaron con otras personas intenté huir pero estaba asustado, ellos sabía que era el hijo del ministro y me dejaron inconsciente — el joven suspiró —desperte sin ropas no sabía dónde estaba ¿ Por qué pasó esto? ¿Por qué nos hicieron esto? ¿Por qué me hicieron esto? —
—¿Que te hicieron?— Jungkook se levantó con sus manos hechas puños —mi trabajo es salvar vidas y protegerlas, tu vida estaba en mis manos y debía salvarte, cuando todo esto paso no puede protegerte.
—Pense que iba a morir, solo pude correr para salvarme—
—Pero no estás muerto, ya pasó estás bien TaeHyung — el mencionado dió unos pasos hasta arrojarse a los brazos de Jung y llorar de alivio
—Nunca he estado tan contento de ver a nadie en toda mi vida— Kim tocó el rostro de su acompañante como si no se creyera que ese hermoso rostro magullado fuera real. —¿Dónde está Hoseok?
—Me alegro que estes bien — volvió a decir con los ojos llenos de lágrimas
—¿Eso es todo lo que tienes que decirme? —
—No sé dónde está Hoseok han pasado casi tres meses, aún estoy buscando a la única familia que me queda —
Hola 👋 no me he olvidado de esta historia por supuesto. Solo he cambiado y ahora tengo más responsabilidades y deberes que hace tres años.
Pero hago el esfuerzo en ponerme al día así que aprecio mucho si todavía siguen al pendiente con esta historia 💓 gracias s ❤️todos y todas ✨
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𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙 𝐹𝑙𝑎𝑚𝑒 (𝑌𝑜𝑜𝑛𝑠𝑒𝑜𝑘)
FanfictionTemblaba por pensar en volver, pero sabía que no había opción, jamás se le había permitido la torpesa, y ahora más que nunca era una obligación mostrarse tranquilo, ahora era la cabeza de la familia real, el rostro que todos conocían, no a Min Yoong...