⚔️𝑂 𝑐 ℎ 𝑜.⚔️

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El bello doncel de melena rojiza, se encontraba sentado sonriendo como se le fué ordenado, el eufórico pueblo festejaba la alegría de poder tener un año más la presencia de Kim como su rey, mismo que se encontraba disfrutando del buen vino junto a sus matrimonios; a su derecha y como reina oficial de Hayat se posoba sonriente Bae Joo-hyun, (o la bella Irene) Cómo empezó a ser llamada desde que contrajo matrimonio con Namjoon y para nadie era un secreto el buen gusto que tenía el monarca, pues Irene, una mujer joven de 29 años, esposa y madre dos hermosas niñas de 7 y 4 años quienes al igual que ella llamaban la atención por su radiante belleza.

Hoseok sentado justo a la izquierda del rey sonreía viendo como todos alababan el nombre de su esposo, a quien se entregaría en cuerpo esa noche.

—Majestad—

Leeteuk, miembro de la guardia real se acercó con su respiración agitada y sus palabras entrecortadas debido a la reciente agitación. Sus palabras salían con dificultad, algo que jamás se veía en alguien como él. Obteniendo directamente la atención de Namjoon.

—¿Que sucede?— dijo preocupado, pero sin dejar de sonreír, pues aún era el centro de atención para centenares de ojos.

—Es urgente, por favor debemos buscar un lugar seguro para la familia real—

Aunque las palabras del hombre salían con aparente normalidad para no preocupar a la familia, todo se salió de control cuando sin saber su procedencia una flecha aterrizó justo en su pecho, salpicando con diminutas gotas el rostro del monarca con aquel líquido carmesí.

Fue cuestión de segundos para que se dejara oír el bullicio de las personas que en su desesperación intentaban huir, asustados por la reciente imagen. No bastó más pruebas para saber que debían huir, pues su reino estaba siendo atacado por aún desconocidos.

—¡PROTEJAN AL REY!—

la estruendosa voz de Tae Woo se dejó escuchar poniendo en acción a sus hombres, quienes inmediatamente escudados a la familia, pues las flechas caían como una torrente lluvia, una lluvia que solo dejaba muertes a su paso.

Los enemigos doblaban en cantidad a sus hombres, Hoseok maldijo al ver cómo más hombres con espadas y jinetes con jabalinas se aproximaban a menos de  veinte metros de distancia. Tení poco tiempo para huir.

Su vista viajó hasta donde se encontraba su padre luchando hábilmente con su espada, se veía apurado pues los superaban en número, y por más que quisiera intervenir debía abstenerse, pues no tenía una espada, no tenía un arma para luchar, cerró los ojos por la impotencia de no poder ayudar a su padre, que aunque fué desconciderado con él, no le guardaba rencor pues seguía siendo su progenitor.

En el piso yacían los cuerpos de los valientes hombres que luchaban a cuerpo y espada por proteger a su rey. Hoseok cerró nuevamente los ojos haciendo el intento para llenarse de valor y correr hasta allí para apoderarse de la arma ajena; pero el llanto de una de las princesas le hizo cambiar la dirección de su mirada.

—Yeri, Cariño— el doncel de esforzó por sonreír —Quiero que cierres los ojos y no te despegues de tu madre ¿De acuerdo? Todo va a salir bien—
La niña asintió aún sollozando para luego abrazar a su madre quien se encontraba aturdida por la escena.

Sin decir nada más la familia comenzó a ser llevada hasta la zona segura del palacio, Namjoon iba adelante siendo protegido por más de diez hombres, mientras las princesas y la primera reina junto a Hoseok marchaban detrás con otros diez hombres.

Los ojos de Hoseok que viraban al rededor dieron con su hermano,  Jungkook, quien se dirigía hasta él con pasos apresurados manteniendo su espada en guardia alta.

𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙 𝐹𝑙𝑎𝑚𝑒 (𝑌𝑜𝑜𝑛𝑠𝑒𝑜𝑘)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora