Dereck.
Adormilado y con la luz colándose en la habitación, abro los ojos de a poco. Busco sentir a Cath a mi lado, pero no está.
Aún somnoliento froto mis ojos para ver con más claridad.
—¿Cath?
No obtengo respuesta alguna, aunque logro escuchar el agua de la ducha.
Me siento sobre la cama y reviso la hora en mi celular. Las 9:13 aparece en él.
El agua deja de correr apenas un par de segundos después, y permanezco en mi lugar esperando que Cath entré en cualquier momento.
Minutos después entra con una toalla alrededor de su cuerpo.
—Oh, hola—dice cuando me ve.
Me mantengo sentado con la espalda contra el cabecero de la cama, mientras la observo.
—Hola.
—Pensé que seguías durmiendo.
Camina deteniéndose frente al espejo del tocador, para después secar su cabello con una toalla.
—No tiene mucho que desperté.
Mantengo la mirada en ella siguiendo sus movimientos.
Estaba jodidamente preciosa con esa simple toalla y lograba hacerme recordar lo sucedido hace apenas unas horas.
Me alejo de la cama y camino a ella. La abrazo por la espalda y depósito un beso en su mejilla.
—¿Dormiste bien?—le pregunto y sonríe.
—Sí, ¿Y tú?—responde mirándome a través del espejo.
—Fue la mejor noche de mi vida.
Gira entre mis brazos y me da un corto beso en los labios.
—Y la mía también—sonrío—Voy a alistarme y luego haré el desayuno.
—Bien. Iré a ducharme—asiente—¿A qué hora debes estar lista?
Apenas termino la pregunta me arrepiento, pues he jodido nuestro momento perfecto.
—A las cuatro.
Y aunque el ambiente ha cambiado gracias a mí estúpida pregunta, intento cambiar el tema.
—¿Hay ropa mía aquí que pueda usar?
—La que dejaste la última vez.
—Bien.
Le doy un pequeño beso antes de alejarme para ir a la ducha.
No tardo más de treinta minutos cuando salgo de la habitación ya duchado y vestido.
Sobre la barra hay dos platos ya servidos, junto con un vaso de jugo de naranja.
—¿Estás listo?—dice desde el otro lado de la barra.
—Sí—me siento en el banco.
El desayuno transcurre de lo más normal, y a pesar de que ambos sabemos que en tan sólo unas horas tomará un vuelo a México y deberemos tomar una decisión, tratamos de no pensar en ello y disfrutar lo poco que nos queda.
Sus cosas ya habían sido empacadas con anticipación justo como lo había dicho, sus documentos estaban listos y todo en la preparatoria estaba en orden. Solo nos quedaba esperar a que llegará la hora, aunque eso no lo hacía más fácil.
Intentaba por todos los medios no mirar el reloj, no quería ver las horas que nos quedaban juntos porque esa era la realidad, tan solo teníamos unas cuantas horas.
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Intercambio Académico.
RomanceCatherin es una chica Mexicana que es muy aplicada en sus estudios. Gracias a esto obtiene la oportunidad de irse de intercambio a Estados Unidos. Ahí conocerá a muchas personas nuevas que se convertirán en sus mejores amigos, también a personas no...