Capítulo 45 ✨

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Dereck.

El estúpido resfriado me estaba volviendo loco. Quería hacer tantas cosas y a la vez no podía hacer nada. Quería salir con mi familia e ir con Catherin, pero no me lo habían permitido.

Estos dos últimos días la había pasado en cama, consumiendo el tiempo en compañía de mi hermano jugando videojuegos.

Me había estado mensajeando con Catherin y le había dicho la razón por la que me ausentaría. Al menos me alegraba que ella no se enfermará.

Y a estás alturas, estaba sumamente aburrido de permanecer encerrado en la habitación, de ver televisión y de estar en cama. Me sentía mucho mejor, pero aún así me tenían en reposo.

Dylan abre la puerta y entra sin siquiera hacer el intento por tocar.

—Te he dicho que toques—le digo acostado, con los brazos detrás de mi cabeza.

—Tenemos visitas—detrás de él, la veo.

Me enderezo de inmediato, recargando la espalda en el cabecero de la cama. Cuando me ve, me da una media sonrisa.

—Hola.

—Hola—sonreí.

—Si necesitan algo, díganme—ofrece Dylan, antes de salir de la habitación y cerrar la puerta tras de él.

—¿Cómo te sientes?—pregunta ella de pie en medio de la habitación.

—Mucho mejor. Ven, siéntate.

Camina en mi dirección hasta llegar a la cama, y se sienta en el borde de ésta. Junto a mí, pero manteniendo algo de distancia.

—Sabía que ibas a enfermarte.

—Me veo muy jodido, ¿Cierto?—sonríe divertida.

—Solo un poco—sonreí.

Charlamos sobre diferentes temas durante un rato, hasta que mi madre entra en la habitación para invitar amablemente a Catherin a comer. Por mi parte permanezco en cama, pues mamá no me ha dejado salir a comer con ellos para "no hacer ningún esfuerzo", según sus palabras.

También estaba harto de eso, comer en cama no era mucho de mi agrado, y menos aún si Catherin estaba aquí.

La puerta se abre despacio y espero ver a mamá entrar con la bandeja de comida, sin embargo quien entra es Catherin.

—¿Qué haces?

—Me ofrecí a traerte la comida—me entrega la bandeja, la tomo y la acomodo sobre mis piernas.

—No tenías que hacerlo—se encoge de hombros.

—No pasa nada.

—Gracias—una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro.

—Regresaré con ellos.

—Claro.

Sale de la habitación y acomodo mejor la bandeja en mis piernas.

Tomo el tazón con sopa que mamá ha preparado y meto la primera cucharada en mi boca, mientras observo el programa en la televisión. La segunda cucharada queda en el aire cuando la puerta se abre y Catherin entra con una bandeja más de comida.

Sin decir nada toma asiento en el borde de la cama y acomoda la bandeja en sus piernas. Da un primer bocado, hasta que se percata de mi mirada.

—¿Qué?

—Nada.

Regresa a lo suyo y sonrío ante su gesto.
Comemos tranquilos, acompañados uno del otro mientras vemos televisión.

Intercambio Académico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora