Capítulo 47 ✨

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Dereck.

Somnoliento abro los ojos de a poco, ella está a mi lado y sonrío al verla dormir tan tranquilamente.

La observo unos minutos más, deleitandome con lo hermosa que es incluso dormida.

¿Quién iba a decirlo? Que hace años cuando la conocí por un estúpido reto de mis amigos de infancia, ella se convertiría en lo más importante para mí. En la chica a la que amaría, la chica que lograría terminar con mi versión de tipo amargado y cerrado, haciéndome volver a ser el chico que realmente era.

De alguna forma el anillo en su dedo me hacía sentir mejor, era una sortija de promesa que significan todas aquellas que le había hecho la noche anterior, pero que para mí iba más allá de eso.

Lo que me pasaba con Catherin era algo que no podía explicar del todo, y que simplemente había sucedido.

Ahora era ese momento en el que te das cuenta que no necesitas conocer a nadie más porque todo te lo da esa persona.

La persona con la que puedes ser tú mismo, con la que puedes reír y llorar, con la que puedes contar en los buenos momentos, pero también en los malos. Aquella que te hace querer ser mejor persona, por quién darías todo solo porque estuviera bien, quien te acepta tal y como eres porque no busca cambiarte. La única persona que te hace sentir cosas que con otras simplemente no sucedía, la única que te hace sentir completo cuando están juntos.

Y ella era esa persona, mi persona. Estaba absolutamente seguro de ello.

Se remueve un poco antes de abrir sus ojos con pesadez.

—Hola—sonríe.

—Hola, cariño—sonrío y alejo algunos cabellos de su rostro.

—¿Tienes mucho tiempo despierto?

—No, ¿Quieres desayunar?—sonríe aún algo adormilada.

—¿Harás el desayuno?

—Especialmente para tí.

—Te ayudo—paso mis dedos por su mejilla acariciándola. Ella cierra los ojos por un par de segundos.

—Si quieres.

Me acerco a ella, le doy un beso en la mejilla y me pongo de pie para ponerme los pantalones.

—¿A qué hora volverán Adele y Dylan?— se endereza sentándose en la cama.

—Volverán por la tarde—asiente—Iré a preparar lo que usaremos. Puedes ponerte alguna de mis camisetas para que estés cómoda.

—Gracias.

Salgo de la habitación directo a la cocina, y saco los ingredientes y utensilios para el desayuno.

Me hace sonreír cuando la veo salir de la habitación y dirigirse al baño con mi camiseta puesta, la de anoche.

Minutos después se hace presente en la cocina y juntos preparamos el desayuno. Cuando está listo, nos sentamos a comer uno junto al otro.

—¿Iré a dejarte al aeropuerto?—le pregunto.

La observo esperando su respuesta, pues hasta donde habíamos hablado ella no quería despedirse de mí. Aunque esperaba que cambiará de opinión.

—¿Quieres acompañarme?

Eso ya era esperanzador, de no haber una posibilidad lo habría negado rotundamente.

—Sí, claro.

—Landon y Evan también irán.

—Podría ir al departamento de Landon para salir al aeropuerto después—asiente.

—Me parece bien—da una mordida a su tostada.

Intercambio Académico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora