Mucho ooc, al primero que me comente alguna agresión o algún insulto... lo silencio, no pienso discutir con nadie.
—Kacchan, ¿dónde estás?
—Con Sero en la agencia, estoy de salida— dice y hace un ademan para que este hable.
—Hola Midoriya
—Hola, Sero-san— su voz sale tan tierna que, si no supiera la realidad, diría que su amigo exagera.
—Estoy en casa en 40 minutos
—Te espero y cuento los minutos para estar contigo— Bakugo aprieta los labios y solo de da un sonido de aprobación. Cuelga la llamada.
—Esto esta...— dice Kirishima quien estuvo callado todo ese tiempo.
—No digas nada, no quiero escuchar en voz alta lo que ya se. —dice cansado y abatido— me voy.
Toma su maleta y sale de la agencia. Camina despacio hasta su auto buscando la llave en el camino.
Una vez sentado y cómodo toma su volante u pega la frente. Otro día más con su vida de casado y prisionero.
Izuku es un lindo doncel. Un hombre con la capacidad de tener hijos.
Su historia de amor es algo... oscura.
Todo comienzó en la secundaria. Los dos se conocieron ahí y Kacchan se dio cuenta que era un quirkles, algo raro en esos tiempos.
Así que Katsuki le hizo la vida imposible, se burlaba de él por ser un sin particularidad e hizo su vida de cuadritos.
Se arrepintió de toda aquello tarde, cuando vio caer su cuerpo desde la azotea, su cabeza iba a chocar contra la acera, uso su particularidad para impulsarse y sostener a Deku entre sus brazos. Sus manos ardieron por expulsar sus explosiones en invierno, pero Deku lo valía.
Después de algunos días Katsuki lloró al ver a Deku recuperado y sus brazos con quemaduras por la propulsión de Katsuki, prometió cuidarlo y está siempre con él.
Ambos ingresaron a la UA, Katsuki a héroes y Deku en soporte.
Pero fue una tortura esos 3 años. Al inicio Katsuki pensaba en que Deku realmente está preocupado.
Hasta que un día fue con su squad a un arcade y luego a comer que Deku apareció llorando, estaba realmente mal y sus amigas se asustaron. Ellos sabían de su relación.
Cuando Katsuki lo abrazo, Deku le hablo al oído con ira "porque me dejaste" él se estremeció, antes hubiera contestado, pero desde el accidente, ya no es el mismo... no con Deku.
Y luego todo fue en picada...
—Bienvenido Kacchan— le sonríe al abrir la puerta, Katsuki le gustaría creer en esa sonrisa, pero ya no. No después de 10 años.
—Hola Deku— le besa la coronilla—¿qué tal tú día?
—Red Riot, Break Mind y Gale Force mandaron hacer implementos para sus trajes— dicen contento sirviendo su curry—voy a ver la tina, dame tus cosas.
Katsuki solo lo entrega y se sienta a comer. Cuando Deku desaparece hace menoria si no dejo alguna cosa en la mochila que lo moleste, porque Deku no es servicial por amor... sino por obsesión.
Termina de comer y luego va a bañarse, el ofuro está en su punto y se relaja antes de volver a su realidad... a su retorcida realidad.
Cuando ingresa a su habitación, puede oler una fragancia conocida. Deku la había fabricado para sus sesiones de sexo. Katsuki solo se dejó ser.
Le dejo lanzarlo a la cama
Le dejo desnudarlo
Le dejo amarrar sus manos por encima de su cabeza.
Le dejo besar su cuerpo
Lo deja hacerle un oral
Lo deja montarlo
Lo deja gemir adjetivos obscenos
Le deja gritarle sustantivos de propiedad.
Lo disfruta, sería hipócrita de su parte negarlo. Hasta que estuvo con Deku se enteró que le gusta el sadomasoquismo, ha cierto nivel le gusta ese dolorcito que le da Deku en sus sesiones de sexo fuerte y hardcore.
—Mio... mio...mio— gime mientras está por llegar a su orgasmo, mueve sus caderas más rápidamente, Katsuki solo se dedica a gemía fuerte, a decir lo mucho que le encanta sentir el cuerpo de Deku, lo mucho que le excita ser tratado así.
Ellos están en círculo vicioso del cual no van a salir y tampoco quieren.