Capítulo 22

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MARATÓN  4/5

Aitana,aún desperezándose,baja las escaleras sigilosamente pensando en que todos siguen durmiendo ya que es bastante temprano.

Se decepcionó tras ver la puerta de la terraza abierta.

Inconscientemente, sonrió por pensar en lo que pasó dentro de ella.

Preparó dos cafés y llegó hasta allí, sabiendo de antes que encontraría a Luis dentro.

- Toma.- ofrece Aitana a Luis.
- Gracias
- ¿Qué haces aquí?.- pregunta con curiosidad.
- ¿Y tú?-le rebate el gallego.
- No podía dormir.- responde mientras se encoge de hombros.
- Yo tampoco.
- Luis,lo siento mucho,por lo del otro día.- suelta Aitana, sin poder guardárselo más.
- Yo también, me pasé hablándote así, pero me salió.
- En ningún momento quise jugar.- aclaró ella.
- ¿Entramos? Hace frío.- contesta el gallego, evitando el tema.
- Luis...
- Venga entra.

Al entrar, Aitana se lanzó a sus brazos para abrazarlo y Luis, la correspondió de inmediato.

- Bonita.- dijo, acariciandole la mejilla.
- No me digas eso.

Luis, fue a revatirle pero, se quedaron callados al escuchar unos ruidos provenientes de la planta superior.

- Buenos días.- le dice Pablo a Mel al verla salir de la habitación al mismo instante que él. Y, tras ver que no contesta, decide volver a hablar.- Podrías tener un poquito de educación y contestar.
- ¿Me vas a hablar tu a mi de educación?
¿De verdad? No vuelvas a tratarme como tú segundo plato en la vida.
- No lo he hecho, Melanie. ¿Me viste besar a la otra chica anoche?. No. No seas infantil.
- No me importa a quien beses. Solo te lo he dicho para que sepas que no estoy entre tus opciones.
- No te incluiría, respira tranquila.

Después de eso, Pablo, bajó las escaleras, como si nada.

Mel hizo lo mismo tras un rato, y al bajarlas, se encontró con las miradas expectantes de Aitana y Luis.

- Buenos días.- les dijo Mel, en su tono borde de siempre.
- Parece que no son tan buenos, ricura.- responde el gallego.
- Menuda la que habéis montado, wonderwoman.- le dice Aitana a Mel, riéndose por la situación.
- ¿Wonderwoman?.- pregunta Luis .
- Sí, así la llamo yo. Por su valentía incansable.- interrumpe Pablo, con café en mano.
- Vaya, que bien nos llevamos todos ,¿no?.- suelta Aitana, volviéndose a reír.
- Eso parece.- contesta el gallego.

Mel, tras pasar un rato en el salón, decide volver a su habitación para llamar a Hugo.

Al primer tono, Hugo, lo cogió.

- Hola, enana. ¿Pasa algo?.- dice, al otro lado del teléfono.
- Hola,Hugo. No, no pasa nada. Te echaba de menos.
- Y yo a ti. Pero, no te preocupes. Pronto, voy. Tengo que hacer cosas por allí, y así de paso, te veo.
- ¿Si? ¿Cuando vienes?
- Que impaciente eres.- contesta, riéndose. Mel es de las pocas personas que le hacen reír a Hugo. El, siempre ha sido muy guardado, al igual que Melanie. Pero, cuando están juntos, eso cambia.- Voy en unas semanas. Puede que dos, o tres. Alquilaré cualquier chalet. Ya sabes, para pasar la semana.
- Vale. Avísame. Te quiero recoger.
- Sí, no te preocupes. ¿Sigues viviendo con Aitana?
- Claro, ¿Por qué?
- Por nada. Pero, bueno...
-  Venga, dilo.- le interrumpe Mel.
- Tienes suficiente dinero como para tener una casa para ti. Aún así, entiendo que quieras estar con Aitana.
- En algún momento me iré de nuestro nido de amor, pero aún no. Estoy muy bien con ella, y me he acostumbrado a tenerla junto a mi. Aunque, siempre echaré de menos convivir contigo, día tras día.
- Yo también. Ya lo sabes. Y bueno, en cuanto a la casa, lo que tú quieras. Es tu decisión, y entiendo que aún quieras conocer todo un poco mejor.
- Gracias por apoyarme.
- Enana, te dejo. Voy a entrar a la sala de reuniones. Un besazo enorme, y, cuídate. La próxima, llamo yo. Te quiero.

Tras despedirse, Hugo, colgó.

La verdad es que cada vez que hablaban, se fortalecían y hacían desaparecer todos los males. Tenían esa conexión desde pequeños y los dos, la disfrutaban como nada en el mundo.

Se querían como a nadie.

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