Me arrastro por el suelo del piso aun vacío que acababa de comprar hace apenas una semana, dejando una línea irregular de color rojo oscuro que puedo distinguir con la tenue luz que llega de la cocina. Es muy oscuro. Eso y la cantidad de rastro, sumado a que mis piernas no responden, significa que lo que está abierto es algo importante, pero no que vaya a tardar poco en vaciarse. Más bien parece que va a hacerme pasar por lo que llaman "una muerte lenta y dolorosa". Seh. Va a ser eso. Supuestamente tendría que serlo. Así que creo que no tengo mucho más que contar. Igual puedo hacer algo mejor y reírme bien alto. JAJAJAJAJA. Nah, no tiene demasiado efecto. Por suerte aún puedo hacerlo. Wow, años de experiencia y de quebraderos de cabeza, de protección hasta para dormir, de competiciones absurdas por ver quien es mejor en cualquier mierda... todo para esto. Igual mi vida es decepcionante con este final. JAJAJAJAJA. Bueno, al final del todo la vida en general lo es, ¿no?
Todos acabamos siendo desnudados para prepararnos para nuestro entierro o incineración o lo que sea. Aunque casi mejor que te desnuden por que si no es que puede que pasen de ti. Si no te quedas ahí, con tu ropa de muerto, pudriéndote sin más. Ni traje bonito ni ataúd lujoso ni funeral vikingo. Me pregunto que ropa llevo hoy, voy a pasarme con esto un buen rato. Miro abajo y entre toda la sangre distingo mis shorts vaqueros y mi camisa de cuadros. Ahora es más roja aún. JAJAJAJAJA. Ay qué chiste. Tú turú turú tuturu tú turú turú tuturu tú. Vale, ahora esto es aburrido.
Qué puedo hacer, ¿montarme un drama? ¡aaaaah! ¡Me mueeeeroooo! ¡Que alguien me ayudeeee! ¡Socorroooo! No, esto ya es insalvable, demasiada sangre y demasiado oscura. Y duele. Dueeeele muuuucho. Bueno no. A ver, técnicamente tendría que doler, ¿no? A cualquier otro le dolería, ¿verdad? Bien, pues a mí no, es más, podría estarme todo el día hurgando en mi herida. JAJAJAJA. Maldita analgesia congénita. Por lo menos esta vez sé que estoy en problemas.
Y vale, porque ahora podría estar preocupándome en lo que haré después de morir, cuando me desnuden y toda la pesca. No voy a quedarme para verlo, eso seguro. Qué repelús. Argh. Pero es que esto es muy lento y aburrido. Si sintiese algo aún podría agonizar o lo que sea, lo que pasa es que en estas malditas condiciones solo puedo esperar aquí, toqueteando la herida mientras muero. Ah, espera, quizá pueda llamarlo, igual termina antes.
― ¡Edward! ¡Edward, desconsiderado de mierda, acaba con lo que has empezado, idiota! ¡No me dejes así!
Argh. Es inevitable, voy a pasar un rato de pena aquí. Edward es uno de esos espíritus corpóreos que se la pasan hiriendo a gente inocente y divirtiéndose a base de sus agonías. Yo no agonizo y entonces pasa de mí.
― ¡Ah, muy bonito pedazo de c*****! ¿¡Así piensas dejarme!? ¡Hijo de p―Y aquí sigo con los improperios y demás bravuconadas.
Tiene que haber algo que pueda hacer para pasar al estado de no-muerta antes. Yo qué sé, unas escaleras por donde tirarme o algo, pero es que esto me aburre en sobremanera.
Desde que se descubrió lo que viene después de la vida, desde que se sabe que es algo atemporal e incluso entretenido, la muerte ha perdido su sentido. Está guay estar vivo porque puedes mirarte al espejo y sentirte limpito, dueño de algo y no solo un saco de huesos o un fantasma o un espíritu corpóreo como Edward. Lo primero es un asco, porque vas perdiendo cosas por ahí hasta que ya no te puedes ni mover. Además, a nadie le gusta el olor ni el aspecto, por no decir que estas cosas están asociadas a inquilinos que no quieren desalojar su zona de confort, lo que incrementa las posibilidades de que te vean como un fracasado o un inmaduro. Pero, hey, estás muerto, es lo que hay. Ser un fantasma, por otro lado, está bien al principio, aunque luego acaba volviéndose insulso y aburrido nada más cogerle el tranquillo. Y ser un espíritu corpóreo, en más o menos medida, es lo más... aunque esté asociado a problemas mentales, tratemos de ignorar ese hecho...
― ¡Como tú, Edward, maldito sádico de mierda!
Hay que tener mucha experiencia como fantasma para poder materializarse como espíritu corpóreo, así que espero conseguirlo. JAJAJAJA. Espero. No hay cursillos ni master-classes para esto.
Además luego tendré que volver a empezar de nuevo y todo lo que tenía se irá al traste, así que tendré que ver como mis padres me olvidan, mi hermano crece, este piso es revendido y mi pareja se va con otra. U otro. Tengo el beneficio de la duda. JAJAJAJA. Maravilloso. La gente no se suicida en cuanto puede porque hay cosas que le anclan al mundo terrenal y porque aún da algo de miedo saltar, no sabes como estará el panorama y da bastante asco ser un trozo de carne descompuesta y despertarse a dos metros bajo tierra. Y según lo que me han contado eso debe doler. Repito que debe, porque a mí eso debe darme igual. De todos modos no quiero acabar igual que Edward, por lo que más me vale mantenerme cuerda. JAJAJAJAJA. Si me río así por cualquier chorrada me parece que eso no pasa. En fin, por el fin del resto mejor no acabar
― ¡como un p*** pirado como tú, Edward!
A diferencia de las otras veces en las que me han pasado cosas graves esta vez sé que estoy herida... muy herida... la verdad es que el descubrimiento sobre la muerte nos ha venido bastante bien a las personas como yo. Nos sirve para saber que si en algún momento tenemos un despiste demasiado grande no desapareceremos sin más, eso es algo más motivador que el hecho de que te digan que no todas las personas con analgesia congénita mueren jóvenes y que muchas llegan a mayores. Aun recuerdo a mi pobre padre cubriéndome hasta arriba de protecciones, cascos y vigilándome todo el día para que no me pasase nada de niña. Mira papá... esta vez no ha sido culpa mía. Tengo un aspecto lamentable, lo sé, y también sé que se te romperá el corazón cuando la policía te diga que aquel cuerpo sin vida de la acera soy yo, pero no lo estoy pasando demasiado mal... y si sigo arrastrándome un poco más quizá pueda acortar esta situación.
La luz de las farolas de la calle se cuela por la ventana que tengo delante. Con un poco de suerte y con la fuerza que me caracteriza conseguiré llegar al marco aunque mis piernas no quieran funcionar ahora mismo, debo de estar realmente acabada para que eso no pase. Así que JAJAJAJA, este debe ser el final. Estoy nerviosa por lo que vendrá después. Me subo a la repisa volviendo la vista atrás, apartando con torpeza el pelo que se me mete en la cara a causa del viento. El irregular rastro de sangre está ahí, al igual que Edward, que se apoya desenfadadamente sobre una de las columnas de la planta, al parecer no se había ido aún. El muy relamido mantiene su aspecto de juventud, eso o que realmente murió así.
― ¿Has llegado hasta ahí tú solita? ― no sé si quiere aparentar arrogancia o está sorprendido.
―Seh, pero no gracias a tu ayuda.
―No gritas.
―Lo sé. Se llama analgesia congénita.
―Vaya mierda.
―Ya ves.
― ¿Y vas a saltar?
― No, estoy esperando a mi unicornio pegaso mágico volador, para que venga y me saque de aquí, apoyada en su suave lomo peludito.
― ¿Saltas ya? Has provocado mi curiosidad. Recuerda que si sigues de palique igual te acabas quedando en el cuerpo donde estás. Salta y te ayudo a habituarte después.
―Sabes que es bastante poco posible que me dedique a hablar con mi asesino después de esto, ¿no?
―Sí, pero también es bastante posible que acabes peor que yo.
―Cierto. ―JAJAJAJA esperemos que no― ¿Te veo en el otro lado?
Lo último que veo antes de dejarme caer hacia el vacío es su gesto de despedida acercando y separando sus dedos índice y anular de su sien.
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Si quieres escapar lejos
Short StorySi quieres perderte un rato entre las palabras, puedes abrir la puerta y escapar lejos.