Sobre un techo

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¡¡*ADVERTENCIA*!!

EL SIGUENTE CAPITULO CONTIENE TEMAS SENSIBLES. POR FAVOR LEER CON DISCRECIÓN 


Stephen Strange no era de esos héroes que salía a las terrazas de las ciudades a vigilar la ciudad, como si no tuviera más que hacer... No, él solo esperaba en su templo y sin mayor esfuerzo los peligros que siempre asechaban a la realidad entraban por su puerta, así que realmente no entendía que hacia en ese preciso lugar. Aburrido y mirando a la nada, pudo visualizar como un hombre de piel morena caminaba por la casa hasta llegar el lumbral de una de las casas, Strange lo reconoció de inmediato; había sido su compañero cuando trabajaba en el hospital, siempre gracioso y amable con la gente incluso con sujetos como era el hechicero anteriormente.

Strange se quedó más tiempo, tenía curiosidad donde vivía así podría ir a visitarlo un día... si eso no iba a pasar, ni siquiera recordaba bien su nombre. Suspiró en el frío de la noche y visualizó a una patrulla de policía, posiblemente cumpliendo sus rondas, curioso de lo que estaba haciendo su excompañero, le causo un poco de gracia como se movía simulando buscar algo entre sus bolcillos y haciendo una llamada, el hechicero observó divertido como el hombre se resignaba e iba a intentar entrar por la ventana de su departamento. Strange tenía un poco piedad así que decidió que lo miraría un rato más e iría a ayudar. Claro que eso no fue posible.

La patrulla que estaba cerca del lugar prendió las sirenas alarmando al hombre, haciendo que cayera de la ventana que con esfuerzo había abierto, los oficiales gritaron que se quedara quieto y mostrara sus manos, el hombre calmado quiso explicar la situación, girarse de forma brusca y querer acercarse no había sido un buen movimiento ya que de un momento a otro las calles de Greenwich Village se llenaron de un gran estruendo, que a más de uno había paralizado el corazón...

Strange, siendo espectador de aquel terrible acto no pudo moverse de su lugar... no podía reaccionar a la terrible situación que había presenciado, un hombre inocente fue disparado por un oficial en tan solo unos diez minutos. el azabache no pudo reaccionar hasta que un grito desgarró el cielo, era una mujer.

― ¡Es nuestra casa! ― gritó con un tono desgarrador a los oficiales ― No tenían derecho... ¡Es nuestra casa!

El hechicero ya en sus cinco sentidos formó un anillo de luz para aparecer donde se encontraba su excompañero postrado en la calle como si de un muñeco tratase. Con lentitud se acercó al cuerpo y a la mujer que se aferraba a él, susurró en su oído para que le permitiera revisarlo, cuando lo hizo supo que si no iban a un hospital rápido iba a morir. Sin perder más tiempo, realizó otro portal que daba a una sala blanca y mostraba a una mujer castaña clara y con gran sorpresa. Lo cargó, pero antes de poder traspasar...

― ¡No puede llevarlo! ­― había gritado un oficial que alzó el arma. ― ¡Tiene que venir con nosotros!

Strange lo ignoró.

― ¡No estamos para tus juegos fenómeno!

Y traspasaron el portal, dejando a los oficiales furiosos y mucha gente con sus celulares grabando todo lo que había ocurrido. Cuando trajeron la camilla, pudo por fin descansar un poco de toda la situación, fue a sentarse junto aquella mujer que lo había acompañado, no sabía por qué, pero no podía simplemente irse.

― Siempre olvida sus llaves... ― susurró la mujer ― Hoy no le dije que las llevara y él... las olvidó, es mi culpa

No estaba apto para consolar a personas, por Ancestral, todos decían que era un asco para los sentimientos y a él no le importaba eso, estaba bien siendo indiferente o cualquier otra cosa... pero ahora no le gustaba en absoluto.

PRUEBA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora