Miré mis ojos y sonreí, me sentia muy felíz.
Acomodé mi corbata por quinta vez, miré mi camisa, no quería ningún arruga en ella, el cinturon estaba en su lugar, el pantalón caia por mis piernas y los zapatos estaban relucientes. Y de todo aquello, lo más importante y bonito era el logo que tenía el pequeño bolsillo de mi camiza.Un logo redondo de color azul, con una letra S blanca, y arriba de esta tenia mi nombre bordado.
Por fin usaba el uniforme tan esperado por mi, y no porque ese lugar fuese el mejor colegio del pais, si no que tenia la certeza de que alli lo encontraria.Encontraria al chico que me salvó.
-Vas a gastarte de tanto mirarte en ese espejo.
La voz de Sora me sacó de mis pensamientos. Giré a verla y me apresuré a abrazarla, tirando a la basura el esfuerzo de no tener arrugas.
-¡Estas feliz!.- rió mi hermana en mi oreja.
-Claro que si Sora.- me separé para mirarla.- Por fin volveré a un colegio.
-No es algo que diria alguien de 17 años, HyukJae.- puso los ojos en blanco.
-Pues no soy normal.- canté.- Espero hacer amigos.
-Los haras, eres un chico muy amable.- Sora acarició mi rostro.- baja a desayunar que te están esperando.
-Deja y busco mi bolso.- la solte y fui por el.
-Sé paciente con papá.- dijo.- Si se comporta extraño es porque se preocupa por ti.
-Lo sé.- asentí.
Ella me tomó de la mano y fuimos al comedor, donde se encontraban nuestros padres.
-¡Por fin baja el nuevo estudiante!.- exclamó mamá contenta.- Ven a desayunar, come mucho porque será un dia largo.
Me tomo de la mano e hizo sentar a su lado.
-Todo el desayuno.- dijo papá palmeando mi hombro.
Le sonreí a el.. pues habia estado en desacuerdo sobre esto, el no quería que regresara a estudiar inmediatamente fui dado de alta del hospital, el queria que espere un poco... pero yo estaba cansado de quedarme sin hacer nada. Sentía la necesidad de rodearme con gente de mi edad, de conocer personas nuevas y a decir verdad queria encontrar a aquel chico. Por ello me sentí feliz de que aceptara mi decisión.
Desayuné con ellos, hablamos mucho, me aconsejaron y me obligaron a prometer que si me sentia mal, los llame para que vayan a buscarme. Papá quiso llevarme, insistió mucho de hecho, pero logré convencerlo de que iria en bus.
Quería comenzar de una manera normal.
Aun asi... me acompañó a la parada del bus.
-¿Sabes bien donde es?.
-Si papá.- le di un golpecito en el brazo.- Deja de preocuparte.
Suspiró.
-Quiero que te vaya bien, y regreses sano.
-Ya veras que si.
El bus llegó y casi corriendo me subí, me senté dando para la ventana para quedarme saludando a mi padre desde la ventana.
Una vez que el bus dio la vuelta, giré mi cabeza, encontrandome con la mirada de alguien.
Ojos café claros se posaron sobre los mios.
Me quedé sin aliento, y todo a mi alrededor desapareció. Eran lo unico que pude mirar, y pareciera que el tiempo se detuvo.
Eran preciosos, vaya que lo eran... pero habia algo más, algo profundo que me atrapó, pero no entendí muy bien de que se trataba.
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Millón y una Lila
Hayran KurguHyukJae perdió memorias de varios años de su vida, cuando sale del hospital va en busca de quien le salvó la vida, y se encuentra con DongHae que lo hace sentir como nadie en el mundo.