Capítulo 1: La abuela Edith

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Llevábamos varias horas en el coche cuando al fin divisé la gran casa donde vivía mi abuela. Unos minutos después estábamos aparcando frente a su puerta.

-¡Mamá ya hemos llegado!-gritó mi madre para avisar a mi abuela.

Un instante después una ancianita en camisón nos abrió la puerta.

-Gracias a Dios que ya estáis aquí-dijo mi abuela-Ariana cariño, que grande estás y que contenta estoy de que estés aquí. Ven y dame un beso.

-Hola abuela. Yo también estoy muy contenta de estar aquí contigo-le dije mientras la abrazaba.

-Bueno chicas, os dejo. Que lo paséis bien y no monteis muchas fiestas-contestó mi madre guiñándonos un ojo.

-Adiós mamá.

-Adiós hija, que tengas un buen viaje.

El coche de mi madre se alejó y con él la única posibilidad que tenía de comunicarme con el mundo exterior.

-Ven hija, vamos a tu habitación.

Entramos en la casa. Era grande,espaciosa y bonita, y todo estaba exactamente en el mismo lugar donde lo dejé. Subimos por la escalera y la primera puerta a la derecha era mi cuarto, como siempre.

-Está todo igual, espero que a tu gusto, sino cambia lo que quieras.

-Gracias abuela, voy a deshacer la maleta y enseguida estoy contigo.

-Claro, tómate tu tiempo. Te aviso cuando este lista la cena,descansa un poco.

Diciendo esto, mi abuela salió del cuarto cerrando la puerta detrás de ella.


Así transcurrieron un par de días, sin sobresaltos ni preocupaciones, pero había algo que había llamado mi atención.
Mi abuela se levantaba todos los días muy temprano, mucho antes que yo, y se sentaba en su sillón junto a la ventana a contemplar el camafeo que llevaba al cuello. Podía pasarse horas mirando las imágenes que tenía en su interior,cuyas identidades yo desconocía. Ella siempre lo guardaba al menor ruido, para evitar mis preguntas. Había visto como hacía lo mismo durante años, y hasta ahora nunca había despertado mi interés.
Una mañana decidí preguntarle.

-Buenos días, abuela.

-¡Oh! Buenos días hija, me habías asustado.

-¿Qué es eso que miras todas las mañanas?

-Un colgante que tiene un valor muy especial para mí, Ariana.

-¿Puedo ver las fotos?

-No veo por qué no. Toma - dijo quitándose el collar y poniéndolo en mi mano.

Al abrirlo había dos fotos: un hombre y una mujer.

Ella era muy guapa, con los ojos verdes, cabello largo y ondulado y una sonrisa perfecta. Reconocería a esa mujer en cualquier parte, la veía cada vez que me miraba al espejo.

-Abuela esta.....

-Sí, soy yo cuando era joven. Eres igualita a mí cuando tenía tu edad.

Miré el otro lado.

Él era un hombre atractivo, moreno y delgado, con el pelo oscuro y un corte peculiar pero que parecía hecho para él, le quedaba perfecto. Era guapo.

Ambos parecían muy felices.

-¿Quién es este hombre abuela?

-Él era....una de las mejores personas que he conocido nunca.

Noté como se le entristecían los ojos.

-¿Y dónde está ahora? ¿Qué pasó con él?

-Te contare una historia, Ariana. Una historia de amor, mí historia de amor... Sabes que yo creo en esos amores que mueven el mundo, que lo arriesgan todo, hasta la propia vida....

-A mí el amor me parece algo muy difícil....

-Es la respuesta que esperaba de alguien de tu edad, y sí, es muy didfícil porque que encuentres a la persona perfecta para pasar el resto de tu vida no significa que vayas a estar con ella...

Me estaba dando cuenta de algo, no conocía a mi abuela tanto como pensaba.

-¡Cuéntame la historia!

-Está bien, te la contaré, pero nunca se la he contado a nadie antes. Tienes que prometerme que guardarás el secreto. No todo el mundo es capaz de entender esto que voy a contarte, no es una historia de amor normal y corriente. ¿Lo prometes?

-Claro abuela, puedes confiar en mí.

Y dicho esto, mi abuela me conto su historia de amor, una que jamás podía haber imaginado

Hoooliiiii espero que os guste....ya para el siguiente cap. la protagonista será Edith y narrará ella. Votad y comentad bss

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