Capítulo 6: Confesiones

188 8 0
                                    

Llegué a mi casa y me tumbé en el sofá. ¡Cómo se puede ser tan estúpida! Muy bien Edith, cómo se te ocurre que te guste tu profesor, solo vas a sufrir- me dije.

Aunque yo no lo había elegido.

En ese momento sonó el teléfono, era Vanesa.

-¡Hola Vanesa! ¿Cómo estás?

-Ya me encuentro bien,gracias. Pensé que te habías olvidado de mí....

-Perdón por no haberte llamado antes, he estado.....muy liada.

-¿Tía, te pasa algo? Te noto un poco rara.

No sabía si debía confesarle mis sentimientos hacia Marcos, siempre nos lo habíamos contado todo pero....esto era diferente.

-Puedes confiar en mí, soy tu mejor amiga, ¿y las mejores amigas se lo cuentan todo no?

-Sí...

Decidí confiar en ella, necesitaba hablar con alguien.

-Edith, por favor, dime qué te pasa.

-Prefiero que lo hablemos en persona.

-Yo ya me encuentro bien, ¿quieres que nos veamos en un rato?

-Sí, vente a mi casa. Mis padres no están y podremos hablar tranquilamente.

-Vale, salgo para allá. Hasta ahora.

Dicho esto colgó el teléfono sin darme tiempo a despedirme. Que loca estaba, creo que por eso la quiero tanto.

Me puse a pensar. ¿Con qué cara le digo yo que me gusta Marcos? Ahora sí que la he liado.

Diez minutos después sonó el timbre, ya había llegado.¡Que rapidez! Le gusta más un cotilleo....

-¡Holis!

-¡Hola! Pasa estamos solas.

-Bueno cuéntame, ¿qué es eso tan grave que no te atreves a decirme? Me tienes preocupada.

-Es mejor que te sientes.

Empecé a contarle que sentía cosas por Marcos, que me gustaba. También le dije todo lo sucedido aquella tarde y lo que yo pensaba. Mi amiga escuchó en silencio, sin ninguna interrupción, eso me aunciaba lo que sucedería a continuación: el torbellino de preguntas, las terribles preguntas.

-¿Desde cuándo te gusta?- comenzó a decir.

-Desde que lo conocí sentí algo especial, algo que nunca había sentido por nadie.

Se hizo un breve silencio. Estaba pensando, la conocía demasiado bien. Dos segundos después me miró con una sonrisilla maligna en los labios clavando sus ojos verdes en los míos. Estoy perdida...

-¿Te lo follarías?-saltó de pronto.

Oh no, ya empezamos. Otra vez no por favor....

-¡Vanesa!-grité. Notaba como me subía el calor a la cara por la vergüenza. Un día de estos me acabará matando.

-¿Qué? Quiero saberlo-respondió guiñándome un ojo.

-Que ocurrencias tienes.

-Andaaaaa respóndemeeeee

-Pues no lo sé, depende de la circunstancia supongo.

-¡Si está como un tren!

-Ya sé que está como un tren....

-Ummm.... Estás enamorada de Marcos,o algo parecido. Aunque en mi opinión solo es la adolescencia, que te está jugando una mala pasada.

-No sé lo que es, pero yo....me siento la persona más afortunada del mundo cuando estoy cerca de él. Cuando nos miramos y me dedica una de esas sonrisas suyas que tanto me gustan mi pulso se dispara. Y cuando lo veo, aunque sea un solo segundo,te juro que me hace immensamente feliz.Y...

-Y se te dibuja esa sonrisa de idiota enamorada en la cara-terminó mi frase.

-¡Oye!

Le tiré un cojín a la cara. Las dos empezamos a reírnos.

-No sé qué decirte...nunca me ha pasado algo así..

-Yo tampoco sé qué hacer ni qué decir. Esta tarde al salir de clase me pareció haber notado algo en él....de verdad. Pero siempre todo termina en nada....

-Edith, eres una chica fantastica pero....

-Pero él nunca podrá quererme cómo yo le quiero....

Me puse algo triste. No quería sufrir, pero creo que es inevitable, estaba perdidamente enamorada de Marcos y ni si quiera me había dado cuenta de cómo empezó todo.

Vanesa empezó a hablar de sus cosas: sus fiestas, sus nuevos modelitos, sus ligues...y pasamos el resto de la tarde juntas.

Ella intentó comprender todo lo que yo le había contado, pero yo sabía que no lo había entendido. No creo que supiera lo que era querer a una persona de esa manera, arriesgando todo, hasta la vida por verla feliz, aunque su felicidad no estuviera a tu lado.

Me gustaría que no me mirara como si yo fuera de otro mundo por haberme enamorado de Marcos, porque sí, es mi profesor, ¿y qué? Es mi mejor amiga y la adoro, pero a veces me saca de quicio.

Al llegar la hora de cenar nos despedimos y se marchó a su casa.

Me senté en el sofá a esperar a mis padres, no tenía hambre así que no me preparé nada de cenar.

Antes de darme cuenta me había quedado dormida.

Holaaaa espero que tengais una buena entrada de año. Creo que ya nos veremos en 2015. Feliz Navidad a tod@s

Donde se esconde el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora