Vesta siguió a Raksha hasta el arco de piedra. Allí, Raksha puso sus manos y atravesó una especie de muro, parecido al muro que rodeaba el bosque. Parecía un lugar diferente al atravesarlo.
— Vamos — la llamó para que lo atravesara.
Al cruzar, Vesta y Raksha notaron que el muro rechazó la alforja que Vesta traía en las manos. De ella, las cuchillas quedaron a la vista.
— ¿Por qué traes eso contigo?
— Necesito saber como destruirlo... — estuvo a punto de tocarlo cuando Raksha la interrumpió.
— No toques eso — le sostuvo la mano — lo sagrado nos hace daño.
— ¿Sagrado? — Raksha se acercó y tomó ella misma las cuchillas para luego enterrarlas cerca del arco.
— Has estado mucho tiempo cerca de ellas... — La tomó de ambas manos — muéstrame tu llama.
— Pero vas a...
— Muéstrame.
La voz autoritaria de Raksha hizo que Vesta se resignara a obedecerle. Y tal y como se lo había ordenado, Vesta encendió una llama en sus manos.
— Parece que no te afectó mucho estar junto a esas cosas... Anda ven.
— ¿Por qué no te quemaste?
— Porque soy tu hermana. Las cuatro compartimos la misma sangre — sonrió — nuestros poderes no afectan a la otra, a pesar de ser diferentes.
— ¿No hacen lo mismo que yo?
— Somos brujas elementales, Rynna.
— Vesta...
— A diferencia de las otras, no practicamos "magia negra", sino que es "magia elemental".
— ¿Magia?
— Es una forma de llamarlo. Mira — Raksha estiró sus manos juntando sus palmas. De ellas comenzaron a caer pequeños pétalos — descuida, no te hará daño... Tu manejas el fuego a tu voluntad. Yo manejo la tierra. Creo vegetación de la nada cada vez que se me plazca...
Vesta estaba muy sorprendida por lo que estaba viendo. En lo que llevaba de vida, nunca creyó que vería algo como eso, a alguien como ella.
— Ahora ven, las demás nos deben de estar esperando.
— Claro... — la siguió un poco más convencida de que podía confiar en ella.
— Es aquí — le señaló una cabaña de troncos bien ubicada entre los árboles. Abrió la puerta — anda, entra...
Al entrar, dos mujeres se quedaron paralizadas al ver a Vesta. Ambas mujeres la vieron con los ojos llenos de lágrimas; y una dejó caer lo que tenía en sus manos.
— ¡Rynna! — corrieron a abrazarla.
— Oigan, cuidado — dijo Raksha — No sabe quienes somos.
— Ay no seas boba — dijo Remena — ¿Cómo va a olvidarse de sus hermanas? — notó la mirada de Vesta — Estás jugando ¿Verdad? Siempre te gustaron lo juego pesados y... — comenzó a sollozar — y...
— Aquí viene... — dijo Raksha.
— ¡Te esperamos por siglos y ni siquiera sabías que existiamos...! — su llanto era extremadamente dramático; pero eso era lo de menos.
— Hay una nube en su...
— Remena controla el agua. Curiosamente va con su personalidad llorona. Ella es la segunda mayor, después de mí. Luego está Ryuka... — la miraba entusiasta.
— No sé qué decir estoy tan emocionada han pasado siglos desde que...
— Despacio — dijo Raksha — ya dijimos que el hecho de que a ti no te falte el aire, no significa que a los demás no les costará entenderte. Y ya deja de hacer que tu vestido se levante.
— Lo siento — sonrió.
— Ryuka controla el viento.
— Soy la única que no se queda sin aire. — bromeó. — vamos muéstrame tu llama — Vesta lo pensó un momento.
— No va a dejarte en paz hasta que lo hagas...
Vesta encendió una pequeña llama en la palma de su mano; y el pequeño demonio se puso cerca de ella.
— Ah mira, Cocito te encontró... — dijo Remena, ya un poco más calmada. — Te extrañó tanto... — volvió a sollozar — siempre que él lloraba... Yo... lloraba con él...
— Ya es suficiente — dijo Raksha con autoridad — a la caldera. Le mostraremos a Rynna todo lo que quiera saber...
— ¿Por qué no solo lo hacemos con su magia...? — preguntó Ryuka. — nada tiene mejor memoria que nuestro propio elemento.
— Porque Rynna aún es joven y estuvo cerca de armas sagradas. Su fuego aún es débil. — respondió Raksha.
Ninguna de las hermanas insistió o hizo alguna pregunta al respecto. Todas llevaron a Vesta a un rincón de la cabaña y se sentaron junto a una caldera negra enorme.
— Enciéndela con tu fuego, y hazle una pregunta — dijo Raksha. Vesta la miró un poco nerviosa — lo que tú quieras ver, la caldera te la enseñará...
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El Bosque De Los Demonios (1)
FantasíaEl bosque de los demonios es el hogar de incontables criaturas malignas que fueron capturadas por humanos y encerradas en ese lugar sin oportunidad de salir. Borja, el demonio lobo más antiguo y peligroso del bosque, ha encontrado a una pequeña huma...