Introducción

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-Presente

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-Presente...

-Mi amor, tú no, por favor, despierta, ¡despierta!-Gritaba moviéndolo, reaccionó, sangre bajaba por su frente, miró hacia atrás, su rostro consternado no se hizo esperar -E-Están muertos, están muertos por mi culpa-Sollocé

-Debemos salir de aquí, no pueden encontrarnos-Susurró él a duras penas, pateó la puerta y esta abrió, él salió primero y se puso de rodillas para jalarme poco a poco

-Me duele, me duele mucho-Gruñía intentando lograrlo con rapidez

-Kris, viene un auto, amor, apresurate-Pidió desesperado, cuando lo logré salir tosí cansada, pero fue tarde, fue muy tarde...

-¡Quietos!

-Pasado...

Oí que daban pequeños golpes a la puerta, al principio intenté ignorarlos para concentrarme en la película, pero el sonido irritante persistía y no dejaba que mi mente se centrara.

-Quien quiera que sea ¡Recibirá toda mi furia!-Avisé de mala gana alcanzando el control y colocando el televisor en pausa. Me levanté con pereza y caminé hasta la puerta. Al momento de que aquella persona iba a ser gritoneada, me detuve en seco-¿Otra vez?-Cuestioné sonriendo levemente, él enarcó una ceja y soltó una risa nasal.

-Hola, cariño. Sí, ya comí, estoy muy bien ¿Y tú? ¿Cómo te sientes?

-Justo ahora, acosada-Bromeé rodando los ojos, cuando este se acercó para darme un beso cariñoso en los labios, me negué-Resfriado ¿Recuerdas?

-¿Ni un piquito?

-Mmm, déjame pensarlo...-Murmuré haciendo una mueca pensativa, al mirar la pizca de ilusión en su rostro, sonreí-Nop.

-Pequeña tramposa-Recriminó jalándome de la cintura y pegándome a él-No puedo continuar con este castigo, llamado: No poder probar tus dulces labios-Se quejó haciendo un puchero en forma de berrinche.

-Te estoy protegiendo, amor-Me justifiqué con una mirada inocente, aunque su mueca me dio a entender que a él no le gustaba que, "lo protegiera".

-Tonterías...-Susurró soltándome y alcanzando unas flores del piso-Sorpresa-Murmuró y sonrió complacido al notar la alegría en mi rostro.

-¿Rosas? Pero tú... ¿Cómo supiste? ¡Son mis favoritas!-Dije con emoción recibiendo aquel detalle tan peculiar, las tomé con cuidado entre mis manos y le sonreí-Gracias.

-Sé muchas cosas de ti, aunque no lo creas-Presumió logrando que rodara los ojos. Este hombre, enserio que no sé cómo lo aguanto-Sabes como puedo llegar a ser.

-Te creo-Murmuré riendo un poco. Si venir tres veces al día a mí casa a verificar que estuviera viva no era intenso, en verdad que no sabía el significado de aquella palabra-Es solo un resfriado, Chris, no tienes porque preocuparte tanto, eres muy intenso.

Te Recordaré |Venganza Y Avaricia: Dos Cosas Que No Deben Juntarse| (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora