¿Te imaginas despertar repentinamente, en una camilla de hospital, herida. Y sin un sólo recuerdo de cómo llegaste ahí...?
¿¡NI DE TODA TU VIDA!?
¿No?
Ella tampoco se lo esperaba...
Kristal Derricks, una pelirroja de ventiún años tiene un fatal acci...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Presente...
-Mi amor, tú no, por favor, despierta, ¡despierta!-Gritaba moviéndolo, reaccionó, sangre bajaba por su frente, miró hacia atrás, su rostro consternado no se hizo esperar -E-Están muertos, están muertos por mi culpa-Sollocé
-Debemos salir de aquí, no pueden encontrarnos-Susurró él a duras penas, pateó la puerta y esta abrió, él salió primero y se puso de rodillas para jalarme poco a poco
-Me duele, me duele mucho-Gruñía intentando lograrlo con rapidez
-Kris, viene un auto, amor, apresurate-Pidió desesperado, cuando lo logré salir tosí cansada, pero fue tarde, fue muy tarde...
-¡Quietos!
-Pasado...
Oí que daban pequeños golpes a la puerta, al principio intenté ignorarlos para concentrarme en la película, pero el sonido irritante persistía y no dejaba que mi mente se centrara.
-Quien quiera que sea ¡Recibirá toda mi furia!-Avisé de mala gana alcanzando el control y colocando el televisor en pausa. Me levanté con pereza y caminé hasta la puerta. Al momento de que aquella persona iba a ser gritoneada, me detuve en seco-¿Otra vez?-Cuestioné sonriendo levemente, él enarcó una ceja y soltó una risa nasal.
-Hola, cariño. Sí, ya comí, estoy muy bien ¿Y tú? ¿Cómo te sientes?
-Justo ahora, acosada-Bromeé rodando los ojos, cuando este se acercó para darme un beso cariñoso en los labios, me negué-Resfriado ¿Recuerdas?
-¿Ni un piquito?
-Mmm, déjame pensarlo...-Murmuré haciendo una mueca pensativa, al mirar la pizca de ilusión en su rostro, sonreí-Nop.
-Pequeña tramposa-Recriminó jalándome de la cintura y pegándome a él-No puedo continuar con este castigo, llamado: No poder probar tus dulces labios-Se quejó haciendo un puchero en forma de berrinche.
-Te estoy protegiendo, amor-Me justifiqué con una mirada inocente, aunque su mueca me dio a entender que a él no le gustaba que, "lo protegiera".
-Tonterías...-Susurró soltándome y alcanzando unas flores del piso-Sorpresa-Murmuró y sonrió complacido al notar la alegría en mi rostro.
-¿Rosas? Pero tú... ¿Cómo supiste? ¡Son mis favoritas!-Dije con emoción recibiendo aquel detalle tan peculiar, las tomé con cuidado entre mis manos y le sonreí-Gracias.
-Sé muchas cosas de ti, aunque no lo creas-Presumió logrando que rodara los ojos. Este hombre, enserio que no sé cómo lo aguanto-Sabes como puedo llegar a ser.
-Te creo-Murmuré riendo un poco. Si venir tres veces al día a mí casa a verificar que estuviera viva no era intenso, en verdad que no sabía el significado de aquella palabra-Es solo un resfriado, Chris, no tienes porque preocuparte tanto, eres muy intenso.