04

1.3K 141 117
                                    

Inesperado.

¿Cómo podría haberlo imaginado?

Todo, cada uno de los días que pasaron juntos...

Cada beso.

Cada abrazo.

Cada risa.

Cada lágrima.

Cada noche de amor.

Cada noche de lujuria.

Cada te amo.

Cada te necesito.

Cada quédate a mi lado...

Todo paso a ser nada.

Hatsuyo regreso de su viaje de negocios, para sorpresa de Dazai, la encontró en el departamento una noche antes de lo esperado. Al primer instante no sintió mucho al verla de nuevo, sin embargo, a ella parecía que le regresaban la vida. Sonrió y se apresuró a abrazarlo. Él se quedó estupefacto, mientras ella lloraba un poco aferrándose a su delgado cuerpo. Definitivamente ese abrazo se sintió como un sincero "te he extrañado tanto".

Se separó un poco de él, limpiando sus pequeñas lágrimas de felicidad. Le miró con las mejillas sonrojadas, los ojos brillosos y una sonrisa de paz de sus labios. Dazai le miró con algo de confusión, Hatsuyo le mostró la misma expresión que tenía cuando se casaron y sintió esa paz que le hacía olvidar el suicidio.

Dazai recordó... porque se casó con Hatsuyo.

Porque ella es la única mujer en el mundo que le motiva a vivir.

— En este tiempo, me he dado cuenta, que si hay algo que amo más que mi trabajo —musitó tomándolo de las manos— Y eso eres tú, Dazai. Yo he renunciado, buscare otro empleo que me permita ser también una buena esposa y... Cumpliré mi promesa de compensarte por todo lo sucedido.

Sus ojos llenos de vida y amor, volvieron a cautivar a Dazai como el primer día en que se vieron. Siempre fue ella. La mujer con la que quería pasar el resto de su vida es ella. Ama a Hatsuyo Oyama y estará con ella hasta que la muerte los separe.

No dijeron nada más, dejaron que los besos, las caricias y sus expresiones hablaran por sí solas. Las palabras sobraron al igual que la ropa. Era como volver a revivir su noche de bodas. Una noche donde más que lujuria, hubo amor de por medio.

Una noche dónde Tomie se quedaría mirando por la ventana, preguntándose porque Dazai no llegaba, luego de que ambos planearan el suicidio perfecto.


···✾···

"...Buzón de voz... La llamada se cobrará..."

Dejó caer el celular al suelo luego de escuchar por milésima ocasión aquella grabación. Su departamento es un desastre, sucio y con más colillas de cigarros que de costumbre. La comida se echó a perder dentro del refrigerador que lleva semanas sin ser abierto. Los restos de los platos rotos siguen esparcidos en el suelo, el cuchillo sigue clavado en la pared de la sala. La televisión lleva encendida y sin señal desde hace semanas. El espejo del baño está roto y el lavabo está manchado de sangre al igual que el piso. El sillón está rasgado y su relleno está esparcido por toda la sala. La ventana está rota y hay agua de las recientes lluvias humedeciendo el piso y los muebles. Hay botellas de alcohol vacías por todos lados, algunas rotas, otras simplemente abandonadas.

Pero entre todas las cosas rotas, hay algo que está más roto que todo eso junto. Y eso es Tomie.

De pronto, simplemente Dazai desapareció de su vida. Dejo de responder las llamadas y mensajes, se escondió perfectamente cada que ella le busco cercas de la Agencia. En su lugar, la soledad entro a su departamento, acompañada de la desesperación y ambas hicieron una fiesta destruyendo todo a su alrededor. Incluyendo a Tomie.

Cuando llevaba dos días ausente en la Port Mafia, el propio Mori Ougai le llamo, preguntando si algo había pasado. Ella simplemente le mintió, diciendo que estaría fuera de Japón por unas semanas, que tenía un asunto personal que arreglar, que se reportaría inmediatamente una vez que regresará. Aunque él no le creyó del todo, no insistió más y le dio su espacio.
Sin embargo, había alguien que no se quedaría tranquilo con una explicación como esa.

— ¡Tomie! —se escuchó después de que golpearan la puerta— ¡Se que estás ahí adentro! ¡Abre!

Habían pasado muchas cosas en la Port Mafia debido a la ausencia de Tomie. Se le dijo que no la molestará y se encargará de cubrir el hueco que ella estaba dejando, sin embargo, su preocupación llegó al límite y decidió por su cuenta.

— Maldición... —gruñó. Haciendo uso de su habilidad, rompió el picaporte y entro al departamento.

El pasillo no mostraba nada raro, pero al llegar a la sala un escalofrío recorrió su cuerpo. Revisa como loco mientras su corazón se acelera; fue a la cocina, al baño y finalmente, a la habitación cerrada. De nuevo, llamo a la puerta y no hubo respuesta. Entro por la fuerza y sintió la presencia de la muerte ahí dentro. Rápidamente se acercó al cuerpo tirado en el suelo, en medio de sangre y envases de pastillas. La mirada perdida y vacía de Tomie le hizo pensar lo peor. La cargo como si fuera una muñeca de trapo. Ahora es muy delgada y liviana, más pálida y fría.

La muerte permaneció sentada en la cama mientras consume un cigarro. Observando a Chuuya siendo consumido por el pánico, saliendo rápidamente de aquel horrible lugar.

Y entonces sonrió de manera burlesca.





[Tres horas más tarde]

La puerta de la Agencia Armada de Detectives salió volando hasta impactarse en la pared y agrietarla tras el impacto. Todos se vieron sorprendidos ante semejante suceso y quiénes tienen alguna habilidad de combate se pusieron en defensa.

— ¡Ninguno se meta! ¿Entienden? —alzó la voz, entrando a pasos firmes al interior de la oficina de la Agencia, dirigiéndose a una persona en específico— Esto es personal.

— Parece que tengo una visita inesperada —comentó el de vendas de manera despreocupada. Sin embargo, su actitud no hizo más que enfadar al manipulador de la gravedad.

— Borra esa estúpida expresión de tu cara... Maldito cobarde.

— ¿Puedo saber porque estás tan molesto? —nuevamente, la actitud indiferente de Dazai apareció— Por favor, nadie se meta en esto.

— Tú... —masculló, tomándole del cuello— ¿Tienes idea de lo que ha pasado con Tomie?

La mirada de Chuuya no mostraba nada más que el deseo real de querer matar a Dazai. El ambiente se tensó ferozmente y Ranpo pareció entender la situación al observarlos.

— Yo no tengo nada que ver con ella —respondió indiferente.

Chuuya frunció el ceño y apretó la mandíbula, impulsando de lleno su puño contra la cara de Dazai.

— Ojalá no hubieras tenido nada que ver con ella, bastardo —expresó derramando coraje a cada palabra que decía— Así ella no... Así ella no...

La manera en que la voz de Chuuya se quebraba ligeramente, llamo la atención de Dazai, y cuando terminó la frase, comprendió que Chuuya está en su derecho de querer asesinarlo. 







···

Recuerden que la historia es corta y por eso todo avanza muy rápido:).

Gracias por apoyar, nos leemos en unos días.

-MáscaraTresMil

Amor al indigno 『 Osamu Dazai 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora