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Estando dentro del departamento, ella no dijo una sola palabra, pero su vista estaba clavada en aquel anillo que adorna el dedo anular. Él entendió la situación y la hizo reaccionar, pidiéndole que hablaran en un lugar que no fuera la entrada del departamento. Se quitó la gabardina que le protegió de la lluvia y la dejo colgada en el perchero. Tomie se fue a cambiar de ropa, dejando solo a Dazai en la sala, observando la absurda cantidad de colillas de cigarro en ciertos puntos del lugar.

— ¿Desde cuándo fumas tanto? —fue su pregunta cuando ella tomo asiento a un lado de él en el sofá. Regreso vistiendo un simple blusón rojo que le cubre hasta medio muslo.

— ¿Desde cuándo estás casado? —más que una pregunta, fue como un ataque.

Dazai suspiró.

— Si te respondo —habló, mirándole fijamente a los ojos— ¿Me responderas tu también? —ella asintió en respuesta— Un año.

— ... ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

— Responde mi pregunta, Tomie.

Hubo un silencio incómodo. Solo el sonido de la lluvia los acompaña. Tomie volvió a mirar el anillo y murmuró.

— Desde que te fuiste, Dazai.

La culpa le puso su manto sobre los hombros. Un manto que, inesperadamente, le peso a Dazai. Aun así, fue interrogado de mil cosas; pudo notar que ella no quería tocar mucho ese tema y se dedicó a responder a cada pregunta que le hizo. Entonces comprendió, que la Port Mafia le mantuvo en secreto que él está del lado de la Agencia Armada de Detectives ahora.
Tomie no tardó en encender un cigarro, pero lo que sorprendió a Dazai, fue el cómo un cigarro se convirtió en dos, tres, cuatro, cinco... Se habían puesto al tanto de sus vidas, sin entrar en detalles, y Tomie iba por su sexto cigarro.

— Lo siento —dijo de pronto, en medio de una conversación sin importancia. Ella le miró interrogante— Por dejarte de repente y no decir nada. Lo siento.

Ella se levantó de su lugar y fue a la cocina. Dazai se quedó confuso hasta que regreso con una botella de whisky. Sirvió dos copas y ambos tomaron una.

— Yo te estaba esperando... —murmuró mirando el cigarro entre sus dedos— Siempre, cada noche, esperaba que regresaras y me hicieras el amor como solo tú sabes hacerlo. Ahora me entero que mientras yo esperaba por ti, tu empezabas tu vida con alguien más... Nuestro reencuentro es decepcionante.

La vio darle otro trago al whisky y cuando estaba por darle otra calada al cigarro, decidió probar la mezcla de ambos contaminantes dándole un beso. Fue un impulso. Un estúpido e intenso impulso. El sabor del tabaco no es su favorito, pero tenía que admitir que viniendo de sus rojizos labios no era tan malo.

— ¿Nuestro reencuentro es menos decepcionante ahora? —preguntó tras separarse de sus labios. Quedaron a escasos centímetros de sus rostros, observándose mutuamente.

— Es solo... Un poco menos decepcionante.

Su vista bajo a los labios del varón, quien se percató de ello. Le tomo de las mejillas y volvió a besarla. Sus besos saben a tabaco, al pasado y dolor generado tras su partida. La manera de besarlo le demostró lo mucho que lo extrañó, sentía el anheló que tenía por un beso suyo. A diferencia de cierta persona, ella buscaba más, y eso a él le gustó.

— Déjame ver qué nuevos tatuajes te has hecho —dijo, besándole el cuello de forma traviesa— Estoy seguro que has pintado más tu pálida piel.

Tomie se subió sin vergüenza alguna a horcajadas sobre Dazai, quien no sé opuso en lo absoluto. Alzó sus brazos al cielo, insinuando que le quite el blusón. Él no sé equivoco al decir que había más tatuajes adornando su piel. Debajo de sus pechos desnudos había uno nuevo, unas flores con espinas a color. Arrojó el blusón al suelo y tocó con la yema de sus dedos el tatuaje.

— ¿Te gusta? —preguntó, coquetamente.

Dazai sonrió como hace mucho no hacía. Una sonrisa maliciosa y seductora.

— Me encanta...

Tal vez Tomie no era su complemento perfecto, pero tenía el cuerpo perfecto para hacerlo perder la razón. Unas curvas seductoras y atrapantes, capaces de hacerlo olvidar el significado de aquel anillo en su dedo. Sin dudas, la hermosa Tomie le regreso a la vida, lo saco de esa burbuja solitaria en el que se mantuvo las últimas semanas, los últimos meses.
Adornaron el suelo con sus prendas de vestir, se dejaron llevar hasta que finalmente hicieron el amor en su habitación. Tomie creyó estar soñando mientras gemía el nombre de Dazai, pero el calor que emana de su cuerpo le dejo en claro que no era un sueño.

Él es más que un recuerdo, es sinónimo de sus deseos prohibidos. Ella le entregaría el cuerpo y el alma cuántas veces él quisiera. Aunque ya no hubiera amor recíproco, aunque Dazai le jurara amor eterno a otra, aunque sueñe tener una familia con otra, aunque en el fondo el desee hacerle el amor a otra. Tomie vive la pasión y el instante, sin preocuparse de nada más. Él se había quitado el anillo por voluntad propia, y fue como si liberará el deseo salvaje con toda la intención de cumplir sus fantasías.

¿Cómo habría podido olvidar sus encantos y locura?

Quizás Hatsuyo era el amor de su vida, pero Tomie era su deseo sexual en físico. Atrevida e indecente, con un lenguaje obsceno que no hacía más que provocarlo al límite.

Se quitó una tira de su vendaje y con esto amarro las manos de aquella mujer que le está volviendo loco con sus caderas. La conoce y sabe que este tipo de cosas no serían de su desagrado. Al contrario, está seguro que su lujuria y placer aumentarían.
Con mordidas y lentas estocadas comenzó la placentera tortura. Desesperada por más, le gemía a Dazai que no bajará el ritmo y este ciertamente disfrutaba de la escena.
Atrapada entre la cama y el cuerpo vendado de su único amor, disfruto del pasional reencuentro que superó sus expectativas.

La lujuria desenfrenada la llevo a múltiples orgasmos. Tomie temblaba de placer a merced de Dazai. Se deshizo en gemidos, espasmos, fluidos y una erótica melodía entrecortada, agitada y excitante. Culminaron cubiertos en sudor, sin noción del tiempo y cansados, como antes era hace un par de años.

La lluvia cubrió con su manto de agua un encuentro sentimental que terminó en pecado carnal. 

Amor al indigno 『 Osamu Dazai 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora