07

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Regresó en cuanto terminó su trabajo. La luna observó emocionada como salía a toda prisa en dirección a Port Mafia. Hizo uso de su manipulación de gravedad para que el ascensor le llevará más rápido a ese piso que tanto visitó los últimos años. Sus pasos resonaron por el pasillo hasta que finalmente llegó. Abrió la puerta por impulso, un poco brusco, y alterado le observó.

Fue como si le regresarán un pedazo de su alma.

— Has llegado antes de lo que pensé, Chuuya —comentó Ougai con una sonrisa sutil en su rostro, pero Chuuya no le prestó mucha atención. Se quedó congelado bajo el marco de la puerta, observándola fijamente con los labios entre abiertos— Voy a dejarlos solos.

Mori paso a un lado de Chuuya y captó su atención al susurrarle algo. El joven abrió sus ojos aún más, incrédulo, y su mente imagino mil escenarios posibles. Empujó sutilmente a Chuuya al interior de la habitación y cerró la puerta.

— Chuuya ¿Estás bien? —preguntó al no verlo reaccionar.

Él suspiró profundamente y sin decir nada se acercó a la cama donde Tomie reposa sentada. Chuuya simplemente se sentó en la orilla, se inclinó hacia ella y le abrazo.

— Qué bueno que despertaste —murmuró, sin dejar de abrazarla. Tomie sonrió y le abrazo también.

Son dos los sentimientos que dominan al joven Chuuya en este instante: la alegría y el miedo. Escuchar su voz de nuevo, sentir los latidos de su corazón, ver sus ojos nuevamente, son cosas que le alegran el alma. Sin embargo ¿Qué viene después de años de estar en coma? Por lo menos podía descartar la idea de que ella perdiera la memoria, pero eso mismo le inquieta ¿Qué pasa si ella quiere ver a Dazai? Hubo algo que Mori le susurro antes de irse, algo demasiado bueno para ser verdad.

"Al parecer no recuerda la existencia de Dazai"

Quería comprobarlo, pero sin arriesgarse a hacerla recordar algo.
Se separó de ella y me miró a los ojos. Jamás había visto esa mirada en ella, sus iris reflejaban paz y su expresión no mostraba nada más que curiosidad.

— ¿Pasa algo? —preguntó titubeante.

— Tú... ¿Recuerdas como terminaste así?

Tomie sonrió.

— No —dijo sin más. Chuuya frunció el ceño ante la manera tan alegre de responder— Pero Mori-sensei me ha dicho que caí en una dura etapa depresiva y que termine así por eso —se encogió de hombros, restándole importancia— Supongo que es mejor así ¿No crees?

— ¿Qué es exactamente lo que recuerdas?

— Recuerdo todo, o la mayoría, sobre mí. Soy una asesina de la Port Mafia, encargada más específicamente de los traidores y negociaciones. Recuerdo a todos los que trabajan con nosotros, pero no tengo recuerdos específicos en mi mente, es decir... —desvió la mirada a sus manos, las cuales mueve ansiosamente—Se que te conozco y que eres cercano a mí, pero no recuerdo nada de lo que hablamos o hayamos hecho juntos.

— ... Entiendo —murmuró, causando que ella alzará la mirada.

— Per... dón —musitó con duda. La expresión de Chuuya le dejó algo confusa, pensando que encontraría una mirada de molestia, encontró una que parecía satisfecha, como si lo que le dijo fuese una buena noticia.

Y en realidad lo es.



···✾···


Se podría decir que las cosas cambiaron para bien en los siguientes tres meses. Desde que despertó, Chuuya se hizo cargo de todo, apoyarla en las rehabilitaciones para que volviera a caminar con normalidad, ya que tanto tiempo en cama le hizo perder la estabilidad, ponerla al tanto de todo lo que pasó en la Port Mafia y por supuesto no dejarla sola.
Los brazos de Tomie quedaron con una horrible cicatriz extendida a lo largo, y otra más pequeña en su cuello. Son marcas en las que ella a veces se pierde observándolas.

Amor al indigno 『 Osamu Dazai 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora