¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
| ✿ Dándole un obsequio | Buu.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi hermana menor se acercó lentamente cargando su adorada hija, ambas nos mantenemos paradas sin despegar mirada del enemigo. Al menos Piccolo supo entretenerlo de alguna manera porque ahora está en el suelo mirando su reloj de arena.
— Puede matarme —susurro poco convencida de su maquiavélico plan—. Supera nuestro poder.
— Eso lo sé —contestó despreocupada, vendiendo mi persona básicamente—. Puede salvarnos, hazlo.
Miré al señor Popo sin ocultar mi frustración, me trajo un plato cubierto de muchos postres cuales anteriormente preparé convencida de mi valentía. La idea es muy sencilla; siendo alguien con mucho apetito es mejor distraerlo dándole alimentos de cualquier clase.
— Me las pagaras Dieciocho —farfullo molesta con ella al dar esta precipitada idea.
Una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro, extraño en ella pero cierto. Tomé el recipiente con ambas manos y me armé de valor para afrontar este alocado momento, ahora puedo ponerme en los zapatos de los seres humanos cuanto temían frente nosotros.
Me acerqué con pasos lentos para tranquilizar mi estado, los segundos desgraciadamente pasan bastante rápido a comparación de otras ocasiones y sin darme cuenta, terminé parada frente suya brindándole sombra con mi silueta, aumenté los nervios sin pensar.
Enseña amabilidad. Susurra mi mente constantemente.
— Disculpa —carraspeo mi garganta consigo—. He preparado algo para comer —levanta la cabeza como si de una muñeca se tratase, haciéndome tiritar—. ¿Gustas?
Solo mantuvo esa mirada penetrante en mi persona, estoy segura que los demás andan husmeando la escena.
— Son postres surtidos, ya sabes —retomo la confianza ya usando el verdadero tono de mi voz—. Tarta, galletas. Entre otras cosas —ofrezco nuevamente—. La casa invita.
No tardó mucho en reaccionar tras escucharme. Sin tener modales tomó la bandeja y se llevó a la boca lo primero que se le cruzó con la mirada, claramente me sorprendí, no esperaba nada por el estilo.
Giré la cabeza por encima del hombro hasta el templo de miradas curiosas, dando señales positivas sobre ejecutar este plan. Por unos cuantos minutos salvé las vidas presentes con solo ocupar mi habilidad de cocinar además de ser un androide sin programación reciente.
— Esto sabe genial —musitó como niño pequeño—. Cocinas bien.
— Gracias —respondí jugando con las manos, esperando otra cosa para calmarme del todo—. ¿Eso ayuda con la espera?
Al parecer tragó algo sin masticar, claro que no pareció un problema porque toda atención se detuvo nuevamente en mí.
— Un poco —aseguró provocándome un temblar notorio—. A ti, no te mataré. Sabes preparar cosas deliciosas.
Menuda forma de alagar una persona.
— Bueno, tengo muchas recetas en mente —comento—. Solo, debes ser paciente.
Para ser honesta, parece un infante cuando le regalas paletas coloridas. Queriendo más y más. Tierno sin duda.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.