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INVÍTALO A SALIR.
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Admiré el primer intento de carta que mi amiga ayudó pensar por horas.
Así no creo que sea buena idea ejecutar su plan, pero también, si me niego entonces aseguro un coscorrón.
— Debería hacerlo de otra forma —balbuceo torpemente, podría jurar como el rostro delgado frente mío se transformó a uno violento—. P-puedo enviarle un mensaje de texto.
— ¿Tienes su número? —me pregunta enseguida, me muerdo el labio inferior.
— Puedo conseguirlo por Chirai, ella conoce todo el mundo aquí.
Bulma negó en reiteradas veces agitando la cabeza, maldigo con todos los idiomas posibles que esta mujer me conozca lo suficiente como para no estar convencida. Puede considerarse una chica tradicional y romántica intentando enseñarme todo su conocimiento.
— No lo harás —confirmó arremetiendo contra mi idea, abrí la boca ofendida pero no formulé palabra alguna—. Se va preguntar quién eres, no todos los días un desconocido te invita a salir escribiéndote un mensaje de texto.
Tiene razón y por eso me dejo caer en el pupitre completamente rendida.
Una carta, si no sirven para matar el tiempo durante una clase, no le encuentro tanto sentido actualmente. Tan solo observar mi alrededor puedo comprender como cambian las personas acorde las relaciones amorosas o sentimientos encontrados, para muchos logra ser bastante fácil el arriesgarse.
Sin embargo, todo lo contrario me puede suceder si lo analizo profundamente. Un chico me atrae, charlamos solo unas cinco veces porque compartimos club. Él es formal a simple vista, incluso su hermana parece de temperamento fuerte a comparación suya; con todos se demuestra serio e inteligente, dejando así a muchos con la palabra en boca.
