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La pelinegra bajó rápidamente del taxi, entró al edificio saludando rápidamente a un par de vecinas que se encontraban en la entrada de este. Subió al elevador presionando el número del piso al que iba. Las puertas del elevador se cerraron y esta se recostó un poco suspirando y pasando sus manos por su rostro. Aun no podía asimilar en todo el lío en el que se había metido y el tweet de Luke solo lo empeoró aún más.
Su teléfono comenzó a sonar y pudo visualizar el nombre de Levi en la pantalla de este, la muchacha rechazó la llamada. A los pocos segundos un par de mensajes del moreno comenzaron a llegar.
Estaba completamente molesto por el video que estaba circulando, la pelinegra frunció su ceño al leer los mensajes. No podía creer el descaro de Levi, la había engañado en su propia casa y estaba enojado porque ella estuvo con alguien más. La pelinegra borró los mensajes y bloqueó el número, justo cuando se disponía a guardar el teléfono este comenzó a sonar, pero esta vez era una llamada de su hermana.
- Ya estoy en el elevador, hablamos cuando llegue al departamento. - dijo mientras buscaba las llaves.
- Estoy en tu departamento y papá está aquí, está completamente furioso y no solo eso, Levi también está aquí. - pudo escucharla a pesar de que hablaba en voz baja.
- ¿Qué? Oh por Dios, ¿ahora qué hago? - preguntó.
- Vete. - dijo. - No creo que sea el momento de hablar. Y mucho menos con el idiota de Levi aquí.
- ¿A dónde me iri...? Olvídalo, ya sé a dónde. - respondió. - Gracias por avisar, te llamo luego.
La pelinegra presionó otro botón para regresar a la planta baja. Acomodó su bolso sobre su hombro y salió disparada del elevador cuando este abrió sus puertas, salió del edificio y tomó el primer taxi que encontró escapando de aquel lugar. Movía su pierna con nerviosismo, no estaba segura de sí el conductor manejaba demasiado lento o si estaba demasiado nerviosa y creía que tenían demasiado tiempo en el mismo lugar. Pudo respirar con tranquilidad al ver que faltaba muy poco para llegar a donde pensaba pasar la noche.
Entregó el dinero y le dijo que podía quedarse con el cambio, bajo rápidamente mirando a todos lados, asegurándose que no hubiera ningún paparazzi u otra persona extraña. Se acercó con rapidez a la entrada de la casa y tocó el timbre unas tres veces. A los pocos minutos el rubio, ojos azules que la había metido en todo ese lío apareció y no pudo ocultar lo sorprendido que estaba al ver a la pelinegra ahí.
- ¿Me dejarás pasar o esperaremos que nos tomen más fotos y videos? - el rubio salió de su pequeño trance y se apartó un poco dejándola pasar y cuando esta ya estaba adentro de la casa cerró la puerta.
- ¿Qué haces aquí? Pensé que no querías volverme a ver, ¿o cuales fueron tus palabras exactas? Que desapareciera de tu vida, ¿no? - la pelinegra rodó los ojos.
- Todo esto no es fácil para mí, ¿entiendes? - dijo - tal vez tu estés acostumbrado a ser famoso y ser el centro de atención siempre, pero yo no.
