Adriel Dubei
Salí del apartamento temprano en la mañana ya que me reuniría con un amigo en la esquina West. Mi madre aun dormía en el sofá plácidamente después de haber consumido su dosis de alcohol diaria ayer en la noche, siempre lo hacia, terminaba borracha en el sofá.
Mi madre era una mujer hermosa, eso no podía negarlo, pero inevitablemente sus vicios la estaban consumiendo cada vez más.
Sus vicios.
Ella no solo abusaba del alcohol diariamente sino que, además de eso se le sumaba, aunque ella lo negara, algunas drogas, estas proporcionadas por hombres con los que ella salia.
Mi preocupación fue en aumento cuando me entere de ello.
Desde hacía ya un tiempo yo había intentado algo para controlar la inestabilidad de mi madre, ella había sido diagnosticada con trastorno bipolar, y vaya que sus vicios empeoraban todo. Pero todos los esfuerzos que mi tía y yo hacíamos eran en vano, ella ya estaba tan metida en su propio mundo, que solo nos quedaba la opción de evitar que se metiera en más problemas de los que ya se metía.
Camine por las calles de esta parte de la ciudad que me parecía bastante gris y sombría por todo lo que sucedía en ella, con mis manos en los bolsillos de mis pantalones, llegue a la esquina West encontrándome con Lion, quien conversaba coquetamente con una chica como de mi edad y por ende más joven que él. Lion un hombre de veintiocho años de edad, solo que aparentaba como máximo veinticuatro años debido a que se mantenía en forma y como él decía comía "balanceado", sin duda todo un narcisista.
Lion se convirtió en mi amigo de una manera poco convencional, lo conocí por medio de un compañero de clases, quien me presentó, luego supe que su trabajo era ser una especie de detective privado, que era contratado para seguir a personas que le eran infieles a sus parejas, a adolescentes malcriados que se escapaban o simplemente a ayudar a alguien con una obsesión de espiar a su ex o amor no correspondido, lo último solo en ocasiones y más porque le causaba diversion. Un día lo contrate para que vigilará a mi madre, ya que, a mis quince años yo estaba demasiado ocupado con la secundaria y el trabajo, lo que me complicaba saber cada cosa que hacia mi madre que le pudiera poner en peligro.
Él hizo el trabajo, siguió a mi madre, el trabajo de Lion solo era ver e informarme, pero un día noto algo raro, un tipo iba con mi madre, mi madre estaba apenas ebria y el tipo la forzaba a entrar a un cuarto de un motel, mi madre pataleo, araño y mordió al tipo, pero este era mucho más fuerte. Lion al ver esto intervino, le dio su merecido al tipo a pesar de que no era su trabajo hacerlo. Yo quede muy agradecido con él, pero no tenía como pagarle por lo que había echo por mi madre.
Él solo dijo que tuvo la oportunidad de salvar a alguien y lo hizo, me dijo que lo dejara así y que el tiempo que llevaba vigilando a mi madre se había sentido mal por haberle cobrado a un niño que intentaba cuidar a su madre y que más bien él era el que me debía a mi. Desde entonces Lion se convirtió en un buen amigo y me ayudo con mi madre. Cada vez que yo necesitaba saber donde estaba ella y si estaba bien, Lion me informaba.
Lion dejo de charlar con la chica, quien se fue después de haberle dado un beso en la mejilla. Y se dirigió a mi.
—¡Adriel!, hermanito, te tardaste mucho, eh—me dijo con esa sonrisa socarrona de siempre.
—Estoy llegando a tiempo, dejate de bromas, Lion.—le dije un poco molesto—Cuentame de que te enteraste, estoy preocupado.
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More Strong
Teen FictionEllie es una chica que en su vida no conoce realmente la amistad, no porque no quisiera intentarlo, realmente ella lo desea pero le hacen falta fuerzas, ya que mientras para otros es sumamente fácil iniciar una conversación. Para ella es todo un ret...