8. Patética

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A pesar de mi pequeña reflexión sobre dejar mi miedo a relacionarme y tener amigos, los nervios siempre me ganaban y esta no era la excepción, salí de allí disculpandome y ahora me encuentro caminando por los pasillos sin ir a ningún lugar en específico. Reacciono de esa forma, me bloqueo, no se como actuar o que decir y me vuelvo un caos nervioso, me siento mal por haber salido así de allí, pero era eso o que notaran lo patética que soy. Es difícil lidiar conmigo misma, ni yo misma me entiendo. Pienso en salir de la preparatoria, pero las puertas están cerradas y el portero esta ahí al pendiente, la verdad si están todos lo profesores en reunión y a ultima hora de clases ¿por qué simplemente no dejan ir a los estudiantes? Me quedo parada viendo la salida.

Ahg, quiero estar en mi casa ahora.

Me volteo en dirección contraria a la salida y sigo caminando por el pasillo principal abriéndome paso en medio de los estudiantes, adentrándome en la preparatoria busco mi casillero hasta que lo encuentro, introduzco los dígitos para abrirlo, apenas abre cae un papel, confundida lo tomo y leo lo que hay ahí.

"Eres patética, das lástima. Eres tan estúpida que me da pena ajena. Si, es para ti la nueva o mejor dicho...Chica patética"

Termino de leer. Aunque trato con toda la fuerza de la que no tengo para que esas palabras no me afecten, lo hacen, es cierto, esa soy yo patética, estúpida e infinidades de cosas más. No puedo evitarlo, recuerdo y solo me dan ganas de llorar, mis ojos empiezan a picar y entonces, lágrimas empiezan a salir y me siento tonta, esta sucediendo lo mismo, un sollozo inaudible sale de mi, y me contengo para no mostrarme más afectada, lo menos que quiero es convertirme en la burla de alguien mas. Soy tonta por siquiera pensar que esto no pasaría, tonta por creer que algo cambiaría al mudarme. Por pensar que no seria lo mismo aquí.

-Ellie-escucho la voz de Sara detrás de mi. No volteo, guardo el papel en mi bolsillo, cierro el casillero y me voy de allí a pasos rápidos aun tratando de contener las lágrimas.

Quiero salir de aquí ya, sin poder evitarlo tropiezo con alguien y me tambaleo al punto de casi caer, pero no pasa, la persona con quien tropecé me sostiene, es el chico castaño, me ve a los ojos y frunce el ceño, yo me suelto de su agarre rápidamente y camino lo más rápido que puedo hacia la salida y al ver las puertas abiertas, salgo de allí, con un nudo en mi garganta, y sin evitar sentirme como la niña débil que siempre he sido. Con unas ganas tremendas de llorar más de lo que ahora estoy llorando.

***

En verdad por un momento pensé que todo estaba bien y que todo lo malo había quedado atrás, incluso me había ilusionado con la idea de que de verdad Sara quería ser mi amiga, pero ahora esta este papel, si ella lo escribió, esta más que claro que todo eso era para burlarse de mi, pensé que aquí no me iría igual, que al comenzar de nuevo seria diferente, aunque lo que ahora me afectaba era el mensaje en un papel, con ello siempre vendrá lo demás y eso me aterra, me paraliza y me vuelve frágil.

Quisiera ser fuerte.

Miro el techo de mi habitación perdiéndome en infinidades de recuerdos, en su mayoría no muy buenos. Me levanto de mi cama y entro al baño y lavo mi cara, me veo en el espejo, mis ojos se encuentran rojos por llorar y un leve dolor de cabeza amenaza con quedarse un poco más después de haber llorado.

No se porque todo tiene que afectarme tanto hasta el punto de romper en llanto. Respiro profundo y suelto el aire de mis pulmones, sintiendome en ese estado de melancolía absurdo del cual me he esforzado por eliminar. Salgo del baño y bajo a la cocina, mi boca esta seca quiero beber un poco de agua. Después de haber llenado un vaso con agua, subo con el vaso en mis manos de nuevo a mi habitación, bebo un poco de agua y luego dejo el vaso en la mesita de noche.

Busco mi pequeña laptop y al encontrarla la enciendo, la imagen que esta de fondo de pantalla hace que aparezca una sonrisa nostálgica en mi rostro ante el buen recuerdo, es una foto de mi madre y yo de pequeña, donde ella está sentada en el césped y me encuentro de pie tras ella rodeando mis brazos en su cuello y ella al igual que yo sonríe ampliamente a la cámara. Recuerdo ese día, yo tenia unos seis años, fuimos a un parque ese día, fue muy bonito y divertido pasamos buen tiempo juntas, mi padre tomo la foto diciendo que eramos como dos gotas de agua,«igualitas» fue lo primero que dijo después de haber tomado la foto. Claro que ese parecido solo se reduce a lo físico.

Tecleo unas letras y entonces encuentro lo que inconscientemente busco, la carpeta donde tengo unas fotos de paisajes y flores que tome hace algún tiempo y otras que descargue de alguna página, me encanta la naturaleza, me dispongo a ver las fotos, algunas las tome cuando íbamos a la cabaña, eso es lo que me gustaba de allá, entrar en contacto con la naturaleza y capturar su esencia en una foto para guardarla y llevarme un poco de esa paz conmigo. Ha pasado un tiempo desde que tomaba fotos, unos cuatro años tal vez, mi cámara termino rota en mil pedazos, al igual que mis fuerzas y mis ánimos, mis anteriores compañeros de clase lo hicieron, rompieron ese objeto tan preciado para mi y desde entonces no he vuelto a tomar fotos de ese tipo, tengo mi celular pero no es igual, y no le pedi otra cámara a mi padre, porque tal vez le harían lo mismo, y mi gusto por la fotografía se fue opacando, pero nunca desapareció, y ver estas fotos me hacen querer volver a tener una cámara en mis manos, este pueblo es muy colorido gracias a la naturaleza, me gustaría volver a tomar una foto. Continuo viendo las fotos y estas tienen un efecto tranquilizador en mi que me agrada mucho, tardo mi tiempo viendo cada detalle en cada foto y el tiempo corre de esa forma, paso las fotos una a una hasta que se acaban y pienso que son pocas, pero, leo donde dice la cantidad de elementos en la carpeta y son un total de 127 fotos, me sorprendo, no pensé que eran tantas y es que había disfrutado tanto al verlas que pensé eran menos. Apago la pequeña laptop y la guardo, frotó mis ojos sintiendome un poco cansada, así que me acuesto, aun es de día pero necesito cerrar mis ojos y descansar un poco.

***

-Ellie...-siento un leve toque en mi hombro-Ellie

-Umm-poco a poco abro los ojos, mi padre esta sentado en el borde de la cama, sonríe.-Papá, ¿Que hora es?-me froto los ojos.

-Son las siete, llegue hace una hora, no quise despertarte, pero ahora si. Compre unos panecillos, baja a comer, pequeña-Yo asiento, él se levanta y sale de la habitación cerrando la puerta.

Me levanto y doy un bostezo, mi pelo esta un poco despeinado, así que lo aplasto un poco con mis manos y salgo de mi habitación, bajo las escaleras y entro al comedor donde ya esta mi padre comiendo, me siento junto a él, tomo un panecillo y le doy un mordisco, esta delicioso, miro a mi padre señalando el panecillo en mi mano.

-Esta delicioso-digo, y le doy otro mordisco.

-Si, los compre en una panadería que es muy famosa aquí en el pueblo. Ya sabemos porque-él sonríe tomando otro panecillo

-Se merecen toda la fama- estos panecillos son perfectamente redonditos y el sabor es realmente bueno, dulce y muy suave.

-Si... ¿Cómo te fue hoy?-pregunta, sin mirarme.

-Bien-Miento.-¿Y a ti?

Él me ve y yo espero su respuesta, el se limita a decir-Bien.-se quita sus lentes y pasa una mano por su rostro, y luego se los vuelve a colocar, para luego volver a hablar-Tu madre se comunico conmigo, quiere verte.

Oh.

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