10. Presuponer

28 5 0
                                    

-Vendrá el sábado en la mañana, así que...-hace una pausa-¿Cómo te sientes? no has dicho nada.

Me mantengo callada unos segundos más viendo un panecillo.

-Bien-quito mi vista del panecillo para ver a papá -supongo, no sé...

Él me sonríe y asiente para que yo continúe.

-Tres años, tres años han pasado, sin cruzar una sola palabra con ella... Me siento bien pero a la vez no se como lidiar con la ausencia que hubo.

-Entiendo-frunce el ceño levemente-¿Temes bloquearte y no saber que decir cuando la veas?.-yo asiento y él toma mis manos entre las suyas-No creo que eso pase. Sabrás que hacer y que decir cuando la veas. Es tu madre después de todo.

Mis labios se curvan en una pequeña sonrisa. Tratando de mantenerme positiva, es mi madre, pero justo ahora el sentimiento de que voy encontrarme con una desconocida me domina. En ocasiones uno puede sentir a alguien lejano y en realidad estar teniéndolo cerca, otras veces sentir que las personas con las que uno convive y amas se vuelven extraños en algún punto. Justamente es eso lo que pasó con mi madre, cada vez la sentía más lejos y la conocía menos, entonces cuando se fue ya no sentía que la conocía y dudé de las muestras de cariño que en mi infancia ella me había regalado, pensando en que quizás no le importé de verdad. Pero aun así no puedo considerar sentir un mal sentimiento hacia ella. En cambio la tristeza es la se apodera de mi en los momentos en que pienso en ella, como si la hubiera perdido, no físicamente, pero si de otro modo.

Sin embargo pienso que sera bueno verla y así que el sentimiento de pérdida desaparezca un poco. Eso creo.

Con mis manos entre las de mi padre, me decido por no pensar más en lo que me aflige, el sábado llegaría y con ello el momento de estar con mi madre.

Mi padre le da un leve apretón a mis manos para luego soltarlas y depositar un beso en mi cabeza.

-Te quiero, papá. -susurro.


***

-Nos vemos, papá-salgo de la casa antes de que se ofrezca a llevarme en el auto. Camino con lentitud hasta salir del frente de mi casa, miro a la casa de mis vecinos por un instante, recordando haber chocado en un mal momento con el chico castaño, no puedo negar que siento un poco de curiosidad con respecto a él. Sigo caminando hasta llegar a la preparatoria, respiro profundo y me adentro en ella. Voy a mi casillero para sacar un libro que necesito para mi primera hora de clases.

Apenas entro al salón veo a Sara y trato de evitarla lo más que puedo, tomando asiento en un esquina. Ella me ve con una sonrisa y veo como trata de venir hacia mi, pero en ese momento entra el profesor haciendo que Sara se regresara a sentar. Agradezco internamente al profesor por llegar a tiempo.

Aun guardo la nota que encontré en mi casillero. La traigo conmigo porque de esa manera si hablo con Sara, se la mostrare y comprobare si es ella quien la escribió. Ayer lo primero que hice fue presuponer que ella lo escribió, pero luego me sentí tonta porque eso no tenia sentido y estaba mal dar por sentado algo sin base alguna, pues Sara con los pequeños gestos que he podido ver de parte de ella a demostrado no ser mala persona. Además me siento mal por haber huido de ella y sus amigos ayer, pero aveces la ansiedad y los nervios es algo con lo que me cuesta lidiar. Es complicado sentirme como me siento pues yo quiero tener amistades, pero a la vez socializar es un reto para mi, pues es una batalla interna sobre no poder tener las fuerzas necesarias para afrontar una situación por muy leve que parezca, miedo a que lo que sea que diga o haga este mal, pero sin intentar nada para cambiarlo.

Las clases continúan, escribo en mi cuaderno los puntos más importantes y que más entendí de las clases. El tiempo pasa poco a poco hasta que suena el timbre del receso y los estudiantes expresan su felicidad, se levantan y salen rápidamente sin ninguna delicadeza. El salón queda casi vacío a excepción del profesor y de Sara quien se acerca a mi mientras aun sigo sentada en mi pupitre y comienzo a guardar mi cuaderno y libros en mi bolso.

-Ellie-levanto mi vista del bolso y la veo-¿Cómo estas?

-Eh, bien, ¿y tú?-intento sonreír pero solo me sale una mueca.

-Oye, quería pedirte disculpas por lo de ayer, es que bueno mis amigos se emocionaron al ver una posible nueva amistad. Les agradaste mucho.-me comenta en tono afable.

-No, n-no hace falta que te disculpes, y-yo no debí reaccionar así, se nota que todos son geniales y...-me detengo un momento y con manos temblorosas saco la nota que esta en mi bolsillo para mostrarsela-S-sara, e-esta nota la encontré ayer en mi casillero, antes de irme y pues...

-Juliet-pronuncia viendo la nota con su entrecejo fruncido.

-¿ah?

-Fue Juliet quien escribió esto, lo sé porque es su letra-Dice sosteniendo el papel entre sus dedos.-Ella tiene esta tendencia a querer hacer sentir mal a los demás para sentirse más superior de lo que ya se cree, no le prestes atención.

-¿Cómo...? -mi pregunta queda incompleta.

-Es mi prima.-agrega y no dudo en creerle, pues ya había notado que tienen cierto parecido físico.-Y además ella es la única que siempre suele hacer algo como esto, recuerdo que le hizo lo mismo una y otra vez a una compañera de clases hace dos años y desde entonces se le volvió costumbre o incluso necesidad.

-Eso es triste-digo en voz baja.

-¿Por qué lo dices?

-Es triste que tenga que hacer eso para sentirse mejor con ella misma, que tenga que hacer que los demás se sientan peor, eso me hace pensar en lo que ella a tenido que pasar para llegar a ese punto.-expreso, me sorprende que no tartamudeé al hablar.

-Es cierto, es triste, pero eso no justifica sus acciones.

-No, claro que no...

-¿Te tropezaste con ella o algo así?¿cierto?-me pregunta de repente.

Yo asiento.

-¿Primer día de clases, tal vez?-pregunta acertando de nuevo.

-Si, ¿Cómo sabes eso?-pregunto un poco confundida.

-Ya ha pasado, además la escuche quejarse con su grupo.

-ah, ¿y tu eres parte de su grupo?-me atrevo a preguntar.

-No, no lo soy, es mi prima y los trato a todos, pero no soy parte de su grupo ni comparto sus gustos superficiales, veras por cosas como esta nota-dice levantando el papel con la letra de Juliet, mostrando un gesto tranquilo.-No necesito considerar o pensar que los demás son inferiores a mi, yo en cambio pienso que todos somos superiores en algún aspecto, y eso es algo que ella no reconoce.

-E-eso me ha dicho mi padre, que todos somos superiores, que nadie es más ni menos que otra persona. Y a veces me cuesta creerlo.

-Oye, cada quien brilla a su modo. ¿No crees eso?, quizás unos sean superiores en belleza física, otros por su radiante personalidad, unos pocos por su inocencia, otros por sus talentos o sus fuerzas para afrontar una situación, pero al fin y al cabo todos poseemos un brillo, algo positivo en lo que destacamos.

-Tienes razón.

Por alguna razón yo no había pensado eso de ese modo, siempre me he considerado inferior, porque es así como me he sentido siempre. Si todos poseen un brillo tal vez yo también lo tengo, solo que me cuesta creerlo.

-Bueno, cambiando de tema, solo quedan quince minutos de receso y muero de hambre, ¿qué te parece si vamos a la cafetería?

More StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora