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9. Ojos color miel

Adriel

Jueves.

A pesar de que me negué, mi tía insistió para que yo estudiara en el pueblo mi ultimo año de preparatoria y así me quedara a vivir en la casa con ella y su esposo. Después de la muerte de mi madre, lo menos que quería era estar solo, por lo que al final acepte.

No era, ni es mi intención quedarme en su casa permanentemente, pero por los momentos aquí estoy, si bien fui bien recibido por ella. Por su esposo fue todo lo contrario el hombre se negó a la idea de que yo viviera bajo el mismo techo que ellos y por si fuera poco, mi paciencia fue disminuyendo ante comentarios constantes hacia mi tía como: «¿Estas loca Lena?» «¿Qué te asegura que ese chico no causara problemas?» «Él no puede quedarse» Problemático es lo menos que soy, claro que a Philips no le caigo bien desde un tiempo, no tengo muy claro porque razón. Hace unos años atrás, mi tía casi se hizo cargo de mi totalmente, ya que ella y Philips no podían seguir mandándome dinero, mi madre ya no tenia ingresos, empezó a gastar ese dinero en la bebida. Yo no quise dejar sola a mi madre, por lo que no acepte, quería estar con mi madre, no importara lo difícil que fuera verla así, no la dejaría sola, me preocuparía por su bienestar hasta el último momento, y mi tía lo entendió y me apoyo, no con dinero, sino buscando alguna forma de que mi madre fuera a rehabilitación.

La relación de mi madre con mi tía no era muy buena que digamos, mi madre no sentía mucho aprecio por ella, es más a veces mostraba un notable desagrado hacia ella diciendo que se la daba de «perfecta».

Mi tía Lena dejo sus visitas al apartamento y luego solo se limito a hacer llamadas, me explicó, la razón era que Philips ya no estaba de acuerdo con que ella estuviera de un lado para otro. Y desde entonces al parecer deje de ser del agrado de Philips. Y recientemente él trató de convencer a mi tía de que soy problemático, aunque eso fue imposible ella me conoce realmente bien. Así que ella en todo momento le dio a entender a Philips que me quedaría si o si. Pero lo que hizo que perdiera mi paciencia y diera paso al Adriel impulsivo que solo aparecía en momentos en los que realmente algo lo enojaba, fue cuando menciono en otras palabras que mi madre esta mejor «muerta» que viva y causando problemas.

Mi madre siempre fue un tema delicado y ahora mucho más. No aguante, le di un golpe y le deje claro que no debe hablar de mi madre de esa forma, no entiendo como mi tía Lena soporta a ese idiota. Salí de allí molesto. ¿Como se le ocurrío hablar asi de mi madre? De mi podría hablar todas las mentiras que quisiera y no me hubiera molestado, pero lo de mi madre, eso me molestó demasiado, él no tiene el derecho de hablar así de ella.

En aquel momento salí de la casa para evitar mayores, y luego, después de unas horas, regresé, estoy en esta casa porque mi tía Lena así lo desea no soy un desconocido, no necesito la aprobación del esposo.

Hoy es jueves, estoy en la habitación que mi tía Lena me dió hace dos días para quedarme, me encuentro pensando en como demonios haré para vivir bajo el mismo techo con el tío Robert que hasta ahora continúa resentido por yo haberle roto una ceja. Aunque se que le di paso para sus argumentos. Pienso, no porque me importe que él este molesto conmigo, sino porque a pesar de todo mi tía Lena le afectó que yo actuara de forma violenta, causando en mi la preocupación de que mi tía le fuera a creer a su esposo sobre mi supuesto yo "problemático". Es cierto, nada justifica la violencia, pero tampoco era tan grave lo que había sucedido, como para calificar de chico violento. Porque no lo soy. De verdad quiero estar en paz, aunque sea difícil, lo intentaré.

Me levanto de la cama, dejando atrás el debate interno y camino hacia un lado de la habitación donde esta el armario con la ropa que pude traer, tomo lo que usare, junto con un paño y jabón salgo de la habitación para ir al baño. Cuando acabo de ducharme y vestirme, seco mi cabello con el paño, desordenándolo un poco. Ya en la habitación tomo mi mochila con lo que necesito para ir a clases, bajo las escaleras y veo a mi tía se encuentra en la gran sala sentada en un sillón leyendo un libro y bebiendo una taza de café, apenas nota mi presencia deja a un lado el libro y la taza en una mesita y se levanta para caminar en mi dirección.