capítulo 1

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El despertador sonó insistente y yo desperté de mal humor.

—Porque mierda me despiertas en la mejor parte del maldito sueño– Le dije al despertador.

Mi teléfono comenzó a sonar y contesté sin mirar el número ya que era demasiado obvio que era mamá.

—Mamá, estoy por salir– Mentí.

—La puntualidad nunca será tu fuerte, apresurate– Dijo para luego colgar.

—Mierda–Susurre.

Tenía que ir a almorzar con mi madre ya que hoy llegaba de New York con la abuela y mi pequeño hermano.

Me levanté y corrí para una ducha rápida, me cepille los dientes y me puse unos jeans negros ajustados, un sueter blanco y unas vans blancas.

—Adios, paul– Me despedí de mi felino amigo y cerré la puerta del apartamento para correr a casa de mamá.

—¿A donde se dirige?– Preguntó el taxista.

—Para ser sincera no me sé la dirección pero sé llegar– Sonreí y me encogí de hombros.

Él me miró y sonrió por cortesía para luego seguir mis indicaciones.

—Llegamos– Dijo después de unos minutos.

—Gracias– Le pagué y luego me bajé para quedar frente a una hermosa y lujosa casa.

—¡Hey!– Saludé a mi hermano que abría la puerta.

—¡Alex!– Sonrió para luego saltar en mis brazos —No sabes lo genial que la pasamos en New York– Sonrió.

—Hija– Me saludo mamá —Te estábamos esperando– Sonrió.

Mamá es una diseñadora famosa y viaja por todo el mundo, siempre lleva a mi hermano que tiene diez y a la abuela que quizás cuantas décadas tenga.

—Tomy ve a sentarte– Ordenó mamá.

—Muero de hambre– Caminé de tras de mi hermano y me senté junto a la abuela que al parecer dormía.

—¡Mamá la abuela murió!– Gritó Tomy.

Yo me reí pero él parecía estar preocupado.

—No esta muerta– Dije tomando un sorbo de jugo.

—Pruebalo– Dijo mientras le pinchaba la cara a la abuela con un tenedor.

—Bueno– Sonreí —¡Terremoto!– Grité en el oído de la abuela.

—¡¿Terremoto?!– Gritó la abuela levantándose de la silla.

—¡Chicos!– Dijo mamá saliendo de la cocina enfadada —Mamá no hay ni un terremoto, toma asiento que ya nos servirán el almuerzo a todos– Dijo tratando de calmar a la abuela.

Después de que mamá calmara a la abuela, trajeron una rica porción de arroz con carne asada y ensaladas.

—¿Masticas esto por mi?– Dijo mostrándome un gran pedazo de carne.

—La abuela me recuerda a la de la era del hielo cuatro– Dijo Tomy —Ya saben, la de Sid– Soltó una carcajada.

—Tomy...–Dijo con tono de enojo y advertencia mamá.

—Tú también tienes dientes– Le dije a la abuela.

—Eres una perra, una muy egoísta– Dijo la abuela y me tiró la carne en la cara.

—¡Mamá!– Protesté.

Tomy reía y mamá trataba de controlar la situación.

—Mamá cuida tus palabras y tu Alex siéntate junto a Tomy– Dijo mamá.

Un mafioso con SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora