—¿Como sé que no estas jugando conmigo y el café es para ti y lo quieres gratis?– Preguntó la chica frunciendo el ceño.
Mi paciencia se estaba agotando y el tiempo también.
—Si no me das el puto cafe ahora te tiraré de una teta por la maldita ventana– Dije con los dientes apretados.
—Bueno tampoco nos tenemos que poner agresivas— Dijo dándome el cafe.
—Gracias– Dije enfadada.
Corri al ascensor y presione con fuerza el botón del numero veintitrés.
Miré mi iphone y faltaban cinco minutos.
—Por fin– Susurre cuando las puertas se abrieron.
Miré a mi alrededor, había un lindo escritorio con una gran vista.
Camine y golpeé la puerta para luego entrar sin esperar un "Adelante" o cualquier otra cosa pero es que solo me quedaban dos minutos.
—Lo siento– Dije bajando la mirada.
Una rubia estaba sentada en el escritorio y él le besaba el cuello con desesperación pero al escucharme se separaron de inmediato.
—Vete– Le dijo a la chica.
Ella me miró con odio y pasó por mi lado golpeando mi hombro.
—Perra– Susurró.
—Te dicen– Susurre.
Cerró la puerta de un portazo y yo levanté la mirada. Él estaba sentado arreglando su corbata.
—Su cafe– Dije sin mirar su rostro.
—Tarde– Dijo él.
No respondí y lo miré a los ojos. Él tomo el café y bebió un sorbo. Hizo una mueca de desagrado.
—Señorita Brown, si hubiera querido beber una taza de barro le habría pedido que fuera y la pasará por la tierra del jardín– Dijo enojado.
Lo miré enojada y él parecía divertido.
—¿Cual es mi lugar de trabajo?– Mi voz sonaba molesta.
—Tu oficina es la que esta a fuera y cada vez que te necesite debes venir sin importar lo que estes haciendo porque eres mi asistente personal– Su mirada azul me hipnotiza pero al recordar que es un verdadero hijo de puta me golpeo contra la realidad y borro cualquier pensamiento bueno hacía él.
—Gracias– Dije sin ganas.
Caminé hacia la puerta pero su voz me detuvo.
—Lo que pasó esa noche es un secreto, ¿entiendes?– Preguntó.
—Entiendo– Dije para salir de ahí.
Me senté en y miré mi escritorio.
—Hola–
Levante la mirada y ahí estaban dos chicos completamente iguales mirándome.
—Hola– Respondí.
—¿Esta nuestro hermano?– Preguntó el otro chico.
Este par se me hacía conocido. ¡Claro como no recordarlo estos dos estaban golpeando al pobre chico junto a Max!
—Sí– Dije un poco incómoda.
Uno de los chicos entró sin siquiera decir gracias en cambio uno se quedo mirándome y sonriendo.
—¿Yo te conozco de algun otro lado, preciosa?– Preguntó acercándose demasiado con las manos apoyadas en mi escritorio.
—No lo creo– Respondí nerviosa.
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Un mafioso con Sentimientos
Romance-Sei una bella donna- Le susurró a la chica -Pero si te metes en mis asuntos no tendré compasión contigo- La soltó bruscamente y se subió a el deportivo negro con los otros tres chicos. Ella suspiro agitada y comenzó a caminar apresurada hacía su ap...