Capítulo 1

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Narra Violet:


Me levante por un ruido que venía de donde se encontraba mi madre, mire hacia mi derecha y me fije en la hora, eran las 10:30 de la mañana, y al ver que ya era un poco tarde, me dirigí al baño para hacer mis necesidades o aseo personal para luego vestirme. Me puse una Jersey (polera o camiseta) de color rosa pastel que me llegaba hasta el ombligo, un Short blanco y por último unos tenis color rosa.


Cuando baje me tope con Emely la madre de Noah, inmediatamente muchos recuerdos invadieron mi mente y hubo muchos sentimientos encontrados de todo lo que habíamos pasado juntos cuando éramos pequeños, me detuve a pensar un momento con claridad y me acerco a ella.


—Hola Emely, la extrañe mucho—la abrace.


— Por Dios que grande estas y además muy hermosa, yo también te extrañe mucho— dio un beso en mi mejilla.


—Buenos días hija—dijo mi madre.


—Buenos días mamá, ¿que hay por desayunar hoy?


—Waffles con un poco de mermelada de fresa, pero sino quieres también hay Pancakes, huevos revueltos, pastelitos y juego de Zarzamora—contestó.


Me senté en la mesa y comencé a comer los Pancakes que había puesto mi mamá frente mío. Mi madre y Emily se encontraban platicando mucho, las entiendo no se habían visto por 10 años, de pronto un teléfono comenzó a vibrar.


—Disculpen es Noah—Emily sacó su celular y se alejó un poco, luego de unos minutos volvió.


—¿Qué paso?—pregunto mi mamá.


—Noah llega hoy a las cinco y treinta de la tarde.


—¡Que bueno! Emily, ¿te acuerdas cuando nuestros hijos estaban enamorados antes de que nos fuéramos de la ciudad?—comentó mi mamá.


Después de que ella dijera eso Emily me miró y me quede en Neutro mientras me sonrojaba, odiaba sonrojarme por cosas tan simples, bueno tal vez si lo era o tal vez no, no lo sé realmente pero odiaba eso.


—Claro mi hijo estaba loco por ella—río Emily.


—Ehhh—dije nerviosa—Yo me voy gracias mamá por el desayuno, estuvo delicioso.


Subí rápidamente las escaleras para llegar a mi habitación, cogí mi celular y llame a Sherlyl, que luego de unos cuantos repiques contestó.


Llamada telefónica:


—Hola ¿Cómo estás?—salude.


—Bien, un poco ocupada ¿qué pasó, porqué tantas llamadas?


—Noah vuelve hoy a la tarde a la ciudad—no sabía el porqué pero me sentía feliz.


Tus Deseos Son ConcedidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora