Este mundo roto

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Su canción favorita comenzó a sonar en sus auriculares justo cuando bajaba del autobús, era como entrar a un mundo diferente mientras caminaba colina arriba por entre la arboleda, no eran muchos los estudiantes que tomaban ese camino, a la mayoría los llevaban en auto hasta la entrada del colegio, pero el autobús solo llegaba al pie de la colina.

Y estaba bien, le gustaba respirar el aire limpio de la mañana, le daba tiempo a limpiar sus pulmones del constante aroma a tabaco en casa.

Y su madre acababa de tejerle ese suéter, todavía olía a suavizante de telas y un poco a ella, era rosado, y quedaba bien debajo de la chaqueta color crema de su uniforme. En su antigua escuela, no tenían permitido usar ninguna prenda extra, pero ese era un colegio de artes, así que los alumnos podían expresar su individualidad de manera libre, algunos hasta se perforaban las orejas y se teñían el cabello, como Kang Taehyun, él había querido tenerlo rojo desde hace un tiempo y por fin se había animado.

Tenía amigos, esa era otra cosa que le gustaba de su nuevo colegio, y podían ser más jóvenes que él, pero Huening Kai era un chico enorme y los matones no se acercaban porque su cara seria daba miedo, aunque cualquiera que lo conociera sabía que era inofensivo.

Se quitó los auriculares al llegar a la entrada y saludar a sus amigos, su canción favorita acababa de terminar, y estaba de buen humor.

—Lindo suéter —le dijo Taehyun con una sonrisa.

Su corazón se sintió cálido, y las palabras que escupió su padre esa mañana quedaron en el olvido.



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—Gyu-ah, ponte esto, lo terminé anoche —dijo su madre pasándole el suéter por encima de la cabeza, mientras Beomgyu se servía jugo de manzana.

—Cuidado, me despeinas —se quejó, pero estaba sonriendo.

Ella peinó su cabello con los dedos cuando estuvo vestido, y le sonrió con cariño.

—Te ves lindo —no pudo evitar pellizcarle una mejilla.

—Se ve como un marica —interrumpió su padre saliendo de la habitación mientras se anudaba la corbata— ¿no podías elegir otro color?

Beomgyu estuvo a punto de replicar pero su madre envolvió su puño con sus manos, negando con la cabeza.

—¿Quieres café? —le preguntó a su marido.

El hombre asintió, sentándose a la mesa sin mirarla siquiera, era obvio que tenía resaca y estaba de mal humor.

—¿Qué? —gruñó cuando sintió la mirada penetrante de Beomgyu perforando su nuca.

—Vamos, te acompaño a la parada —dijo su madre antes de que él pudiera responder cualquier cosa.

Beomgyu tomó su mochila, medio caminando, medio siendo empujado por su madre a la salida.

No entendía por qué lo soportaba, su madre era demasiada mujer para el pedazo de basura que era su padre, no hacía más que beber y apostar, si no fuera por la beca, Beomgyu seguramente estaría trabajando y siendo explotado en algún lugar sin seguridad social como el año pasado.

—Hoy vas a estudiar hasta tarde ¿cierto? —preguntó su madre— Toma, compras algo de pan y leche para comer —dijo luciendo avergonzada—, lamento no poder darte más.

Beomgyu suspiró.

—No lo necesito, me dan de comer en la escuela ¿recuerdas?

La mujer bajó la cabeza.

—Tus amigos probablemente tienen dinero para comprar algo si se les antoja, no quiero que te sientas mal por eso.

Beomgyu frunció el ceño.

—¿Quién se siente mal?

—No quiero que seas como yo —ella levantó la mirada, tomando su mejilla con una mano cálida.

—¡Qué tiene de malo ser cómo tú! —gritó Beomgyu.

Odiaba que ella se menospreciara así.

—El autobús está aquí —dijo su madre metiendo las manos a los bolsillos de su delantal—, ten un lindo día.

Le dirigió una sonrisa triste después de despedirlo con un  beso en la frente, y dio media vuelta cuando el autobús se detuvo delante de él.


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—Beomgyu... Tierra llamando a Choi Beomgyu —dijo Taehyun agitando una mano frente a su cara.

Beomgyu parpadeó confundido, y se dio cuenta de que solo quedaban ellos dos en el aula.

—¿Y Hyuka? —preguntó frotándose los ojos.

—Se fue temprano, sus tíos se van de viaje hoy ¿recuerdas? Iba a comer con ellos.

Beomgyu asintió, terminando de guardar sus cuadernos en su mochila.

—Vamos, hay que apurarnos si queremos un buen lugar en la biblioteca, debajo del aire acondicionado —dijo Taehyun, tomándolo de la mano y guiándolo a la salida.

Beomgyu asintió con una sonrisa boba, apretando el agarre del menor en su mano.

La realidad perdió su poder.


C o n t i n u a r á 🔜

Eternally 🔞 [TXT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora