Comfort crowd.

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Frío.

Puro y físico. 

De ese que te cala los huesos.

Solo que no todos lo sienten como yo.

Nadie sabe lo que está sucediendo en mi interior.

"Lamento tu pérdida".

"Ahora está en un lugar mejor".

"Los planes de Dios son perfectos".

Ya he escuchado toda esa mierda, y nada de eso puede devolverme a papá. Al hombre que luchó por mí y mis intereses desde el primer momento.

El hombre que hizo todo muchísimo más fácil.

-¿No estás cansado de todas sus miradas de compasión?-pregunta D, unos de los amigos que ha venido a acompañarme.

Asiento. Sin embargo, sé que hacen lo mejor que pueden, supongo que nadie sabe como manejar esta situación en lo absoluto.

Ni siquiera yo sé cómo manejarla.

-Estoy cansado de todo esto-le respondo y sonrío falsamente. Fatigado. Cansado. Solo quiero hacerme bolita y llorar, pero necesito mostrar esta sonrisa incluso para yo creerme la mentira.

-¡Tan joven que estaba tu padre!-llora la tía Dolly, a quien tenía cinco años sin ver- eres igualito a él-me dice, yo asiento y acepto su abrazo en total silencio.

-Ven, salgamos de aquí-dice D con decisión, yo me levanto porque todo esto me sobrepasa.

Me lleva hacia el segundo piso de la sala de velación, el cual está completamente solo y me siento junto a él en el suelo.

-¿Cómo estás?-pregunta rompiendo el silencio.

-Bien, solo que un poco cansado- le contesto.

-¿Sabes que ya dijiste esa mentira?-pregunta y me regala una media sonrisa, yo intento sonreírle de vuelta pero me rompo en mil pedazos.

-Sí, es solo que... todo el mundo me mira. Todo el tiempo, diciendo todas las cosas que se deben decir en estas situaciones, como si las hubiesen ensayado antes de venir. Como si papá fuese otro del montón-le digo y las lágrimas empiezan a salir de mi sistema como nunca antes.

Ni siquiera cuando me enteré que papá había fallecido.

Él me mira y me rodea con sus brazos, acomodo mi rostro en su pecho.

-Ellos no tienen idea de lo que él era, a muchos no los veía desde que era un niño ¿Por qué vendrían acá ahora?-pregunto-¿Por qué ahora que no los puede ver y contarles sus chistes pasados de moda?-sollozo como un pequeño, él me abraza con ternura, acariciando mi espalda con su brazo derecho.

No sé cuánto tiempo nos quedamos allí sentados, podrían ser horas o quizá días y se habría sentido igual.

Solo sé que su compañía me hizo sentir aliviado.

Solo necesitaba eso.

No importaba si decía algo o no, lo que realmente valía era sentir el calor de otro cuerpo que parecía entenderme a la perfección.

No me importa si había música alrededor.

Su compañía me hizo sentir tan cómodo, que logré sacar todo el dolor reprimido, ocasionado por la pérdida del ser al que más he amado en el mundo.


Kid KrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora