7 de Julio:
Recibí una carta urgente de Celestino, -un antiguo maestro y amigo cercano-, quien me educó desde que tenía 6 años. Mi familia nunca supo como tratarme, sus dones eran demasiado diferentes al mio, ni siquiera podían comprender como es que yo había heredado este don. Y para ser sinceros, incluso después de tantos años sigo sin encontrar una respuesta. Pero a Celestino no le importó, él siempre estuvo ahí. Aún recuerdo cuando visitó la casa de mis padres por primera vez. Llevaba traje, una corbata negra y unos elegantes zapatos de piel. Yo aún era un niño, cuando lo conocí y me explicó que era diferente, incluso para los peculiares. Mi don era demasiado fuerte, demasiado riesgozo, y llamativo. Un peligro si no aprendía a utilizarlo. Él fue el único adulto que me ayudo a controlar lo. Me educo, y enseñó a adiestrar mi don, a tomarlo por las riendas y a explotarlo hasta su máximo poder y capacidad. Fue mi mentor, mi guía, y por algunos años, mi único amigo.
"Siempre supe que había potencial en ti", me dijo el día en el que cumplí los 18 años. "En toda mi vida, nunca conocí a alguien con un talento como el tuyo. Y si lo usas para el bien, podrás salvar vidas con tus manos. Pero si lo usas para el mal, el mundo sucumbirá. Decide para qué servirás". Fue su ultima lección, o al menos, la última que recuerdo.
Posterior a ello, me mudé. Un día hice las maletas, y salí a recorrer el mundo. A estudiar ciencia, y a encontrarme a mi mismo. Ya era un adulto. Seguí en contacto con mis padres. A menudo enviaba cartas, las escribía en las estaciones de tren, o mientras iba de camino en carreta. Pero lamentablemente, con el paso del tiempo, perdí el contacto con Celestino.
Después de tantos años, sin saber una palabra de él, recibí una carta suya en el correo, pidiéndome urgentemente que acudiera a la academia rusa Dom Okhrany -дом охраны-, el internado para alumnos con capacidades especiales, dirigido por Yakov Feltsman y Lilia Baranovskaya. Conocía bien el lugar, por los artículos del periódico y los cientos de comentarios que poseía por parte de los peculiares -personas con Dones, iguales a mí-. Y si Celestino me ha contactado para pedirme un favor, debe ser una situación grave.
El instituto podía lucir igual a cualquier internado -una simple escuela donde los niños y jóvenes estudiaban y tenían un techo mientras terminaba la guerra entre Alemania y Polonia-, pero en el fondo sabía la verdad: era un refugio para las personas de mi clase, un lugar donde podían esconderse, y adiestrarse para controlar sus dones, sin miedo a que los soldados alemanes los encontraran y mataran, igual a como estaban cazando a los judíos. Justo y como servia la casa hogar Hogo Hinansho de Celestino en japón, la academia en la que yo me crié.
Tras haber leído las palabras de mi mentor, no lo dudé ni un segundo. Hice una maleta y me marché. Llevé a mi perro y un maletín conmigo.
16 Julio:
Makkachin se sentó a mi lado en todo momento, y me acompañó durante los 9 días que hicimos de trayecto desde Inglaterra hasta San Peterburgo. Usualmente tardaba menos, pero había muchas fronteras y avenidas cerradas por la guerra, en algunas ocasiones los trenes no eran comerciales y transportaban solo a personal militar. Tuvimos que desviarnos un par de veces, pero afortunadamente siempre encontrábamos alojo. En nuestra ultima parada antes de entrar a La Unión Soviética, conocimos a una amable mujer quien nos ofreció a quedarnos en su casa por una noche, era una anciana, que nos había abierto las puertas de su cabaña sin siquiera preguntarlo. Dijo que le recordaba a su hijo, y supe que era una peculiar en ese instante. Nos ayudó a cruzar la frontera de Ukrania y después de eso tardamos otros 2 días en llegar a nuestro destino. En San Petersburgo tomamos una carreta hasta Skrityburg, un pequeño pueblo que se encuentra a la mitad de la nada, había apenas unos 127 habitantes, era rustico, las calles no estaban pavimentadas, las personas se movían por caballo, carretas o caminando, y sin duda alguna era el lugar perfecto para esconder el instituto sin que nadie más se enterara. La carretera era rocosa, desnivelada, y las ultimas horas de trayecto fueron las peores de todas. Makkachin chilló un par de ocasiones y se escondió bajo el asiento por temor a que la carroza se volcara por culpa del inestable camino, y pese a que lo tranquilicé con algunas cuantas caricias, en el fondo yo también temía lo mismo.

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пробуждение [Otayuri] -WW2-
FanficDonde Yuri Plisetsky se encuentra en un estado vegetal. Viktor, y Katsuki son los únicos que pueden ayudar a Otabek a regresar lo a la vida. Durante la segunda guerra mundial, el Instituto Dom Okhrany, es un refugio para los Peculiaridades (personas...