9. El muchacho que se convirtió en una muñeca de trapo

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DIARIO DE VIKTOR NIKIFOROV

El muchacho que se convirtió en una muñeca de trapo.

Fecha:
1 de Marzo 1941:

Ya va más de una semana desde que los capullos del profesor Katsuki florecieron. Es fácil verlos desde la ventana de la biblioteca, y realmente son bonitos. La mayoría de las flores que ha cultivado pueden encontrarse salvajemente creciendo por la extensión de todos los jardines. Bueno, todas a excepción de una.

Peonias.

Hacía mucho no veía una peonia. No desde Yuri.

El profesor Katsuki pasa mucho tiempo en su pequeño jardín botánico, regando con cuidado cada uno de los tallos. Aún no es primavera, pero esas flores ya están bombachas y abiertas. Seguro se siente muy orgulloso de su trabajo, o es al menos lo que dice con una sonrisa cuando entra a la casa con el rostro cubierto de barro. 

Brague, a veces es realmente difícil permanecer discreto a su lado. ¿Cómo quiere que nos concentremos en clases, cuando luce tan bien? Sé que no debería pensar de esa forma, y que posiblemente Yakov me mataría si supiera, pero simplemente no puedo evitarlo. A veces me quedo pensando en sus ojos, o en la dulce manera en la que habla. Lo detesto. Detesto el sentimiento de mariposas que se forma en mi estomago cuando me toma de la mano a la hora de contestar alguna pregunta que tengo sobre la tarea de ese día. Pero más detesto, no poder deshacerme de estos sentimientos.

En más de una ocación me he quedado despierto en la cama, acompañado de mis pensamientos hasta el amanecer. Es difícil conciliar el sueño cuando intento descubrir lo que siento. ¿Por qué las emociones son tan complicadas?

Tontabek no tiene problema alguno con ser directo; creo que es completamente lo contrario. Si bien se muestra calmado y monótono la mayoría de las veces, cuando quiere decir algo va directo al grano. Ayer, por ejemplo: se ha molestado con nosotros porque este año no hemos decidido festejar el cumpleaños de su muñeca matrioska. Hubiera empezado una pelea, de no ser por Mila y Nekolia.

Las cosas se calentaron y enfriaron rápido. Así que seguro hoy pasará el día encerrado a su lado.

Me da asco. ¿Cuánto tiempo más va a seguir tratando? Fingiendo que sigue con vida, o que algún día volverá a ser el de antes.

Hoy es su cumpleaños.

Si, es su cumpleaños, pero realmente nadie tiene ánimos de celebrar.

No tuvimos clases, fue la forma de Yakov para festejarlo.

Así que pasé la mañana ayudando a Leo con la cocina, intentando no pensar en las muchas ganas que tenía de terminar lo que el día anterior había empezado con Otabek, y darle un buen puñetazo en el rostro.

Saqué la basura para la composta, y cuando me disponía a volver adentro, encontré a Yuuri, hablando con alguien, mientras regaba sus flores. Me pegué a la puerta trasera para escuchar. Creí que sería algo simple, pero me sorprendió darme cuenta de que se estaba peleando. Reconocí la voz de Otabek al instante.

Sujeté con fuerza el vacío bote de composta al escucharlo.

"No tienes derecho de plantar esas flores aquí" Le había dicho enojado.

"No entiendo a lo que te refieres"

"Puedes hacer lo que quieras, plantar lo que gustes en donde se te plazca la gana. Pero las peonias... no tienes derecho de plantarlas. No crecen en esta parte del pueblo por una razón"

"Otabek, no sabía. Lo siento, no creí que te molestaría- yo- puedo cortarlas si quieres-"

"No me toques. Ni a esas flores. Puede que seas mi profesor, pero tu no eres nadie para haberlas plantado."

пробуждение [Otayuri] -WW2-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora