Los secretos y las mentiras pueden ser destructivos y Carla tenía eso muy claro cuando decidió colgarse su mochila en el hombro y tomar un avión que la llevaría de vuelta a la Cuidad de México. Necesitaba escapar de Madrid, el lugar donde nacieron s...
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❝NO SÉ SI PUEDO ENCONTRAR A ALGUIEN QUE ME LO HAGA CÓMO ME LO HACES TÚ❞
La semana anterior había sido una locura y eso iba más allá de lo que había pasado con Isabela y la inesperada visita que había recibido Carla. La verdadera locura fue una noche en que las hermanas Herrera compartían la mesa con su madre y Quintanilla.
El hacker se había encargado de publicar los secretos de cuatro chicos más y en menos de diez minutos, todos los del Nacional sabían que Natalia se robaba el dinero de la Nona, que Pablo le fue infiel a Isabela, Gerry veía porno gay y que el padre de Raúl era un corrupto.
Los seguidores de @_todostussecretos_ seguían aumentando con las horas, los videos tenían montones de likes y comentarios y las víctimas del hacker también era las víctimas de los insultos y las burlas de los estudiantes del colegio Nacional.
Ahora Carla estaba con Javier, con quien había pasado mucho tiempo los últimos distintos, en el laboratorio esperando a que su hermana llegara, al rededor estaban todos sus compañeros de clase en completo silencio, cosa que no era para nada normal. Sofía llego al lugar usando su delantal blanco, venía mirando su celular y tenía la atenta mirada de Raúl en ella.
—¿Qué onda? ¿Por qué todos están tan tensos?— Carla alzó su ceja izquierda y miró a Rosita que estaba a unos metros de ella con una sonrisa— La única tensa aquí debería ser Natalia
Carla miró a Alexander con algo de pena. Sí, la había cagado en robarse el dinero de la Nona y usarlo para comprarse sus bolsitos caros y arreglar su cabello, pero aún así, recibir esas miradas juzgadoras y que todos hagan comentarios sobre ti. Es horrible, muy horrible.
—No, la única tensa es la de Pablo— Gerry no parecía afectado por la revelación de su secreto o al menos aparentaba, ya que seguía burlándose del resto cómo si no le importara lo que se hablaba de él
—Buen día, jóvenes— Gabriela, la maestra, entró al salón saludando cómo siempre lo hacía, pero al recibir sólo el incómodo silencio de la clase, se extraño— A ver, ya sé que todos estamos nerviosos con lo que pasó, pero vamos a intentar concentrarnos en clase. Vamos a comenzar con una lluvia de ideas para ver que van a hacer para su proyecto de ciencias...
