Los secretos y las mentiras pueden ser destructivos y Carla tenía eso muy claro cuando decidió colgarse su mochila en el hombro y tomar un avión que la llevaría de vuelta a la Cuidad de México. Necesitaba escapar de Madrid, el lugar donde nacieron s...
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❝¿QUÉ CULPA TUVE DE QUERERTE, CALAVERA? TU TIENES LA CULPA DE QUE YO YA NO TE QUIERA❞
Carla llevaba encerrada en su habitación desde que llego a su casa después de la pelea que tuvo con Sofía. No había salido ni cuándo su madre la llamó a cenar, no tenía ánimos de consumir nada que no se inhalara, pero la droga se le había acabado, había consumido todo ayer por la tarde.
Esa era la única motivación que tenía para volver al Nacional, sabía que cierta rubia de ojos verdes podría ayudarla con su pequeño problema además de que tenía un exámen con Susana y no podía faltar, no había estudiado nada, pero podría anotar las respuestas en su brazo, no era ningún crimen.
Encendió su celular para revisar sus mensajes, lo había apagado la noche anterior y se encontró con veinte llamadas perdidas, diez de Javier, tres de Raúl y siete de Bruno, también tenía varios mensajes.
Los mensajes de los mexicanos se basaban en lo mismo Carla, necesitamos hablar, las cosas no son cómo crees. Llámame, nos vemos en la escuela. Sabía que debía enfrentarse a ambos chicos en algún momento, pero no le nacía hacerlo, al menos no con Raúl.
Luego pasó a ver los mensajes de Bruno y se llevó una sorpresa, no sabía si era algo bueno o malo, pero de todos modos estaba feliz de saberlo
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