once ─── Control Z

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❝SOLO SOY HUMANA, ME CAIGO Y ME ROMPO❞

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❝SOLO SOY HUMANA, ME CAIGO Y ME ROMPO❞

Carla llevaba al menos diez minutos parada afuera del edificio de color oscuro, sin atreverse a entrar aún. Traía un pésimo ánimo, se sentía cómo una niña pequeña que no podía encontrar a su mamá entre la multitud, sentía el miedo comerle los huesos. Jamás había estado tan lejos de su casa, pero sabía que sería lo mejor para ella,para su mamá y para Sofía, quien parecía feliz de que ella se haya largado.

Revisó la dirección que tenía anotada en su celular por quinta vez, solo para confirmar que era el lugar correcto. Acomodó su mochila, tomó su maleta y subió las largas escaleras hasta la entrada del edificio. En la entrada no había absolutamente nadie, a su alrededor solo habían dos puertas y lo que le seguía era un gran pasillo, espero por unos cinco minutos a que alguien apareciera.

—¿Eres Carla Herrera?— La pelinegra se dio la vuelta y se encontró con una mujer de más o menos su altura y pelirroja. La chica asintió a la pregunta que la desconocida le había hecho— Yo soy Elisabet Aledo, la directora del colegio

La pelirroja estiró su mano para estrecharla con la de su nueva alumna. Le pidió a la chica que la siguiera y comenzó a avanzar por el pasillo, se notaba que tenía un carácter fuerte y no se veía como alguien a quién le gustaban las bromas ni los buenos ratos.

Fueron caminando por los pasillos, le mostró las aulas, los laboratorios, y la cafetería, también le mostró el gran gimnasio y la cancha del exterior.

El colegio y residencia Santa María había abierto sus puertas en el año 1821, en sus inicios era un lugar en el que solo se admitían hombres, pero con los años terminó siendo mixto, Carla creía que el lugar era muy bonito para tener casi doscientos años. La directora le dijo que recibían a chicos de todas partes siempre y cuando cumplieran con sus estrictas normas de conducta y calificaciones.

Cuándo Elisabet terminó de mostrarle el lugar, le dió el número de su locker junto con el de su nueva habitación, le dijo que tendría una compañera que llevaba ahí dos años.

𝐌𝐀𝐋𝐀 𝐋𝐄𝐂𝐇𝐄 ── control ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora