Capítulo 1

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Dormía plácidamente en su habitación mientras la lluvia agitaba toda la ciudad. Era domingo, y pues todos descansan en fin de semana, ¿no?
Escuchó unos pequeños golpes en su puerta, se desperezó, pero no se levantó. Tal vez se irían y dejarían de tocar, pero no fue así.

— ¡Adelante! — Rodó los ojos y dio un suspiro tan extenso que podría haberse comido un insecto sin darse cuenta.

— Hermanita, ¿podemos pedir pizza? — Dijo la más pequeña de la familia Valdés.

Sonrío al ver a Lucrecia, su hermana con unos ojazos muy expresivos así como los de Juliana. La mocosa tenía 8 años, pero era una bomba andante. Siempre le preguntaba cualquier cosa. Juliana ya había pensado seriamente en llevar un diccionario consigo cada que saliera con Lu. "Hermanita, ¿de dónde sale el chocolate?. Juliana, ¿por qué tenemos que bañarnos?. ¿Por qué cruzamos los dedos cada que queremos suerte?. ¿Existen los extraterrestres? ¿Quién inventó las palabras? ¿Se puede acabar el tiempo? ¿Por qué cuando me hago cosquillas no me da risa como cuando tú me haces? ¿Dónde está papá?"

Tenemos que decirle a mamá, Lu. ¿Sabes si ya llegó?

— Nop.

— Vale, deja le llamo— Le dijo Juliana mientras le sacudía el cabello.

Sacó su teléfono buscando el número de Lupe, lo marcó enseguida y a los tres tonos.
—¿Qué pasó, Juli? ¿Está todo bien?
— Sí, Lupe. Solo que tu hija la tranquila y callada está preguntando si podemos pedir pizza.
— Tu sarcasmo, Juliana— Lupe suspiró.
— ¿Queeeeé? ¿Eso es un sí? ¿Un por supuesto que sí? ¿Un súper sí?
— Sí, Juli. Salgo de trabajar en unos 20 minutos. Pídela y eso cenamos.
— Gracias, Lupe. Regresa con cuidado, ¿eh?
— Sí, mija. Nos vemos ahorita.

—Listo, enana. Lupe dijo que sí, sale en 20 minutos. La vamos pidiendo. ¿De qué se te antoja? — Le preguntó con una sonrisa y alzando la ceja mientras dejaba su celular en la cama.

— ¿Cuál es la diferencia entre el salami y el pepperoni? ¿O una hawaiana?

— ¿De verdad me vas a preguntar esto ahora, Lucrecia?— lo dijo mientras se restregaba la cara. No es que fuera grosera con su hermana, pero tenía hambre y el no haber dormido lo suficiente no ayudaba demasiado a su humor.
Suspiró de nuevo. — Según Yahoo Respuestas, el salami es más salado y el pepperoni más picante. ¿Alguna otra duda que se le ofrezca a la señorita?— Preguntó rodando los ojos.

—Mmm... Sí, Juli. Solo una.

—¿Cuál, Lu? ¿Cuál?

—¿Cuánto es 20 minutos, Juli?— Le preguntó Lucrecia con su carita toda curiosa y agarrando a Juliana por sorpresa.  Su cara era poesía pura. De verdad se preguntaba de dónde sacaba tantas dudas ese pequeño ser que no medía más de cuatro Subways.

—Voy a pedir la pizza de pepperoni. Por mientras pon una película y te vas a bañar antes de que llegue la pizza y mamá.— Contestó fingiendo demencia y marcando el número de la pizzería. Deseaba que tuvieran la promo de pan con queso. Era su favorito.


Mientras Lucrecia se bañaba, la película estaba en el menú solo para ponerle play. Juliana revisaba sus redes sociales, era buena haciendo amigos, pero le ponía nerviosa el día de mañana. En eso sonó la puerta quitando cualquier pensamiento. Sonrió al abrir porque sabía que su estómago pronto se iba a callar después de comer cierto manjar con mucho, muchísimo queso. Pagó y le dio propina al repartidor.

Tesoro Eterno Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora