Capítulo 6

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Huyó del elevador tan pronto como se abrieron las puertas. Al recibir el mensaje con una entrevista le daba una bocanada de aire por el día con los sentimientos y emociones a flor de piel.

Hola, Juliana Valdés. Recibimos
tu postulación a nuestra vacante.
Queremos tener una entrevista
contigo el día de mañana a las
3;30 de la tarde en el edificio de
la empresa. Te enviamos la
dirección adjunta.
Te enviamos un cordial saludo y
favor de confirmar.

Excelente día.

Suspiró y después de todo el conflicto emocional sonrío un poco aún con dos semanas de castigo, un golpe en la cabeza y la playera manchada oliendo a café. Tendría su agenda muy ocupada; escuela, entrenamientos y trabajo.

Se dirigió hacia las canchas, aún no era hora de que el equipo llegara, pero quiso sacar el estrés con correr unas vueltas antes de empezar el entrenamiento. Eliza pasó a saludarla y hablar un poco de cosas triviales para luego después cada quién dirigirse a su equipo.
Juliana estaba muy concentrada, faltaba muy poco para su primer partido, así que estaba nerviosa y emocionada por partes iguales.

El entrenamiento llegó a su fin, decidió bañarse en su casa. No quería tener que correr con la suerte del otro día. Vera como cada día la llevaba a su casa. Durante el camino la música no podía faltar.

— Es que no puedo creer todo lo que me estás diciendo, Juliana. — Habló exaltadamente la rubia. — Wey, qué pinche mala suerte. Estás salada.

— Gracias. — Contestó la futbolista de manera irónica.

— Necesitas una limpia. Ya sé qué podemos hacer, vámonos de road trip el fin de semana.

— No, no. ¿Te recuerdo todo el desmadre en el nos metimos la última vez que fuimos a Oaxaca?

Vera se quedó pensando, era completamente cierto. Nada de lo que habían planeado funcionó y siempre salía algo mal. Fue una de sus mejores y peores viajes por igual.

— Pues sí, parecía un capítulo de Breaking Bad, pero las risas no faltaron. — Respondió la rubia con una sonrisa. — ¿Te acuerdas cuando defendiste a Carli de la novia del chavo que le gustaba? La traía loca.

— Jajaja sí, ¿cómo olvidar su cara?

— "A ver. Si no desapareces ahorita vas a conocer a una fresa emputada" — Imitó Vera con la voz de Juliana. — ¿Quién te viera? Tan seria que te ves.

Juliana solo negó con la cabeza recordando aquél viaje. Las cuatro pudieron reencontrarse. Ese viaje significó muchísimo y las unió más que nunca.

— Pues hablando del viaje no entiendo porque sigues hablando con el idiota ese de Christian. Después de todo lo que hizo, Vera. No mames.

— Ya sé, ya sé. Mi canción es la de "amiga, date cuenta". O ya mejor dame el premio por ser la más pendeja. — Respondió la rubia un poco afligida.

— Entiendo que puede ser complicado cuando tienes sentimientos hacia él, pero tienes que amarte y saber lo que vales. Mereces más que un wey que solo se droga y te pone el cuerno cada que puede.

Vera iba a contestar, pero Juliana hizo amago para que la dejara terminar.

— Eres una chingona, una mujer fuerte, inteligente, eres hermosa. Date cuenta, carajo.

Las palabras de la futbolista le cayeron como balde de agua fría. Se le llenaron sus ojos de lágrimas, pero trató de no derramar ni una. Estacionó a Courtney frente a la casa de Juliana.

— Perdón que a veces sea un poco tosca, pero me da mucho coraje que no lo veas. Sabes que te amo y siempre voy a querer lo mejor para ti, ¿ok? — Dijo con un puchero en la cara mientras se quitaba el cinturón. — Avísame cuando llegues a tu casa.

Tesoro Eterno Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora