09. Ariana Brown

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ANGELA

—Entonces, ¿que hicieron en la fiesta?— pregunto Kath entusiasmada.

—Nada, solo lo lleve a la alberca y platicamos— mentí, no quiero hablar de eso.

—Si claro, esos díselo a las pequeñas marcas en tu cuello— se burlo.

Me puse de pie rápidamente para verme en el espejo y efectivamente tenía chupetes en el cuello, no se notaban tanto pero cualquiera que estuviera lo suficientemente cerca lo haría. Volví a mi cama para sentarme frente a mi mejor amiga.

—Solo nos besamos, ¿okay?— dije molesta.

—Está bien, pero no es motivo para que te enojes, deberías estar feliz, el té gusta ¿no?, tal vez tú le gustes— me sonrió.

—Creo que nada más fue el momento y la tensión sexual lo que hizo que me besara— dije triste —Han pasado tres días y ni siquiera me ha llamado, tampoco su madre para que vaya a cuidarlo— baje la mirada.

—Tranquila, ya te llamará, tal vez esté confundido— trato de darme ánimos —¿Que tal si vamos por una nieve?, eso te ayudará a no pensar en el— se puso de pie.

—Solo por que hace mucho no me como una nieve.

Camine hasta mi espejo para tomar mi cepillo para peinarme, solo cepille un poco mi cabello, hice un moño bajo con algunos mechones de fuera y listo, casi no me maquillo así que ya estoy perfecta. Kath se puso un poco de labial y después de eso salimos de mi habitación.

Convencer a mis padres fue algo fácil ya que adoran a la peli rosa, en veces me pongo celosa de eso. Una vez mi madre hizo lasaña solo por que Katherine vendría a comer y es su comida favorita, ni a mi me hace la mía cuando le digo que se me antoja.

Mi padre nos prestó el coche así que en menso de quince minutos ya estábamos en la nevaría, al entrar sonó la típica campanilla que anuncia la entrada de un nuevo cliente, Kath y yo nos acercamos a una de las cajas la cual estaba vacía, en la de al lado si había una chica pidiendo.

—Nevería's Cool, ¿que van a llevar?— pregunto una chica morocha detrás de la caja.

—Yo voy a querer un lirio con nieve de pistache— pidió mi amiga.

—Yo igual pero con nieve de algodón de azúcar, por favor— le pedí a la chica, esta me sonrió y se fue a servir.

—Angie, ¿ese no es Daniel?— me pregunto Kath mirando detrás de mi.

—Deja de molestarme si— puse mi mano en mi cintura —A él no le gusta salir y mucho menos lo haría solo— me recargue en la caja.

—Pues al menos de que tenga un gemelo idéntico por que estoy segura de que es el— hablo obvia.

—Ay por favor, ya te dije que no...

Mi corazón se detuvo, ahí estaba el, sentado con sus antebrazos sobre la mesa y sus manos entrelazadas. Tenía sus típicos lentes oscuros que cubren sus lindos ojos y efectivamente esta solo, ¿que hace aquí?, a él ni le gusta salir.

—Ve y salúdalo.

—¿Estas loca?— le susurre a Kath.

—No pierdes nada con hacerlo— me empujo.

La mire mal pero al final cedí.

Me acerque lentamente hasta su mesa, cuando estuve frente a él me quede sin palabras hasta que movió su cabeza como si presintiera que alguien esta frente a él, ni siquiera se que decir, aún estoy avergonzada por el beso, seguro piensa que soy una fácil.

Más allá de tus ojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora